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De la misma manera se opusieron al glorioso San Cárlos, arzobispo de Milan, que como legado ad látere de su Santidad deseó reducirlos á una disciplina religiosa.

A los Cristianos de las ciudades conquistadas por fuerza los gravó en la quinta parte, y á los que no opusieron resistencia les señaló la décima, segun refiere D. Rodrigo. Ambisa duplicó los tributos de los Cristianos, aumentando tambien el fisco con los bienes de los Judíos, como espresa el Pacense en el número 53 de la edicion del P. Florez.

No es esto negar que el marido poseedor del título no pueda ser, y no sea a veces, ya un tonti-loco, ya un desalmado sinvergüenza, ya el más derrochador y vicioso de todos los hombres; pero de todo esto parece inverosímil que no se tuviese alguna noticia antes de la boda y aun antes del noviazgo. ¿Cómo es que el padre y la madre de la niña no se opusieron? ¿Qué ceguedad tan grande no fue la de la misma niña y tan injustificada y tan apenas explicada, ya que su amor no se ve que fuera muy vehemente para rendirse y entregarse en cuerpo y en alma a un perdido, sólo casi con el mero aliciente del marquesado?

El amante descubre á su familia y á la de la novia, la intencion que abriga de unirse á Luisa, y ambas familias se opusieron abiertamente, en atencion á la poca edad de los novios, puesto que él no tenia veinte años, y ella acababa de cumplir diez y siete.

Levantó el sitio apenas supo que Pompeyo habia salido de la ciudad, le derrotó en Munda, bajó de nuevo á Córdoba, y pasó á cuantos le opusieron la menor resistencia por el filo de la espada. ¡Qué dias aquellos tan aciagos!

Todos conformes y gustosos adhirieron á sus ideas y aprobaron la determinacion que les habia manifestado, ofreciendo sacrificar sus vidas en la justa defensa de la patria; por lo que, aprovechándose de la buena disposicion en que todos se hallaban de salir á campaña, dió las órdenes para la marcha, y á pesar de las incomodidades que ofrecia la estacion rigorosa de las aguas, verificó la salida de la villa de Puno, el dia 7 de Febrero de 1781, sin detenerse en lo crecido de los rios, que opusieron no cortas dificultades á su paso el siguiente dia, entre los pueblos de Paucarcolla Caracoto, en cuyo puesto acabó de certificarse era cierto que los comisionado de Tupac-Amaru recorrian las poblaciones, divididos en tres trozos, y que el primero estaba situado en las inmediaciones de Saman, Taraco y Pusi.

El Padre Quintana Dueñas en su Singularia, obra póstuma, se alarga mas en referir los merecimientos de todos aquellos que mostraron venir de los judíos que se opusieron á la muerte de Jesus; pues dice que deberían ser honrados con entrar en las órdenes militares i con alcanzar dignidades eclesiásticas.

Bajo tan felices disposiciones, principiáronse las elecciones o ratificaciones de todas las parroquias, y la votación fué unánime, excepto tres votos que se opusieron a la delegación de la suma del Poder público. ¿Concíbese cómo ha podido suceder que en una provincia de cuatrocientos mil habitantes, según lo asegura la Gaceta, sólo hubiese tres votos contrarios al Gobierno? ¿Sería acaso que los disidentes no votaron? ¡Nada de eso!

Saliéronle al encuentro los Paunacas, con señales de grande fiesta y amor, á que no pudo corresponder el santo varón sino con un semblante alegre y risueño, porque ni ellos entendían su lengua ni el Padre la de ellos, ni tenían intérprete por cuyo medio se pudiesen declarar: y así fué preciso trabajar más con las manos en obras de caridad, que con la lengua en la predicación; no obstante todo eso, por señas, y con tal cual palabra que entendieron, les explicó el fin de su venida; pero el enemigo infernal, por no llevar también aquí la peor parte, persuadió al pueblo despachasen los niños á otro lugar, para que el Padre Lucas no se los sacase de sus garras, reengendrándolos al cielo con el santo bautismo; por lo cual, con increíble dolor del santo varón, por no poder recoger allí el mejor y más seguro fruto de su Misión, quiso vengarse levantando una gran cruz delante de un templo del demonio, en lo cual trabajó no poco, porque se le opusieron obstinadamente aquellos bárbaros, y faltó poco para que no pusiesen en él las manos; pero el siervo de Dios, que nada deseaba más que ser muerto por Cristo, no desistió de su empeño, antes á su vista hizo pedazos pisó algunas figuras y retratos del demonio, con no poco horror de los gentiles, temiendo cayese sobre todos una tempestad de rayos y saetas.

Andaba no lejos de allí un hermano de D. Diego de Ulloa, el cual también era canónigo, y al enterarse de la escena acudió en defensa de su hermano, y «viendo trabada la pendencia dice la historia arrebató la espada á uno de los criados que le acompañaban, y armado con ella y seguido de los otros sus criados y de los de su hermano, que desnudaron las suyas, se arrojó sobre el arcediano de Niebla, en cuyo auxilio tuvieron tiempo de llegar algunas de las personas que estaban en la iglesia, y que también espada en mano se opusieron á tan sacrílega y brutal agresión