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Al mismo tiempo, como tratase de quitárselo para que ella no se molestase, sus dedos se rozaron, y aun puede decirse, sin faltar a la verdad, que los del general oprimieron suave y rápidamente los de la dama. ¡Reconciliarse! dijo ésta en voz natural . Para eso es necesario antes estar enfadados y, a Dios gracias, nosotros no lo estamos. El viejo tenorio no se atrevió a replicar.

Del mas gallardo, y mas vistoso estremo De quantos las espaldas de Neptuno Oprimieron jamas, ni mas supremo. Qual este nunca vió bagel alguno El mar, ni pudo verse en el armada, Que destruyó la vengativa Juno. No fué del Vellocino á la jornada Argos tan bien compuesta y tan pomposa, Ni de tantas riquezas adornada.

Habíamos llegado a la orilla de ese terrible abismo, donde en lo profundo rugía el agua en impetuosa corriente, y ya había yo cruzado el estrecho puente y pisado la orilla opuesta, cuando, inesperadamente, un par de brazos férreos me oprimieron en la obscuridad, y casi antes de que pudiera lanzar un grito, fui empujado con violencia hacia el borde del espantoso precipicio.

Y te arrojó la patria de su seno Porque rendiste culto á la verdad! No la patria, los monstruos que su cuello Oprimieron con planta criminal. Errante por el mundo con tu lira Fuiste sus infortunios á cantar.

Quiso mover otra vez su cabeza negativamente y parpadeó con una expresión angustiosa, pretendiendo defenderse y teniendo al mismo tiempo la certidumbre de que le sería imposible. «¡Pobrecita Flor de Río Negro!», pensó. Los brazos que rodeaban su cuello le oprimieron dulcemente y tiraron de su cabeza, inclinándola poco á poco hacia el rostro femenil que avanzaba unos labios ávidos y audaces.

Y su cabeza se inclinó sobre la del gitano, y sus bocas se oprimieron. ¡Oh! ven la dijo levantándola dulcemente , ven a pasear bajo esos viejos naranjos y a respirar su perfume... ¡Mira!

La masa de sus cabellos se iría desprendiendo de ella cayendo al cabo en el fondo del ataúd como un montón de barreduras, la piel se huiría dejando al descubierto blanca como la porcelana la tapa del cerebro. ¿Cómo quedarían sus manos? ¡Ah! sus pobres dedos, aquellos dedos que tantas veces habían acariciado las sortijas de tus cabellos de ébano, que oprimieron las rosas de tus mejillas y humildes y temblorosos buscaban los tuyos en la obscuridad, servirían durante algunos días de festín a una legión de gusanos y serían pronto objeto de horror aun para ti misma, hermosa, si los vieses...

Allí las manos piadosas de las mujeres le rociaron la cara con agua fresca hasta volverle al sentido, oprimieron los tolondrones, tamaños como huevos, que tenía en la cabeza con monedas de cobre de dos cuartos y restañaron la sangre de sus arañazos con telarañas que recogieron en la iglesia.

41 Y los entregó en poder de los gentiles, y se enseñorearon de ellos los que los aborrecían. 42 Y sus enemigos los oprimieron, y fueron quebrantados debajo de su mano. 43 Muchas veces los libró; mas ellos se rebelaron a su consejo, y fueron humillados por su maldad. 45 y se acordaba de su pacto con ellos, y se arrepentía conforme a la muchedumbre de sus misericordias.

La antigüedad madre del olvido, por quien han perecido claros hechos y memorias ilustres, entre otras que nos dejó confusas, ha sido el origen de los Almugavares; pero según lo que yo he podido averiguar, fué de aquellas naciones bárbaras que destruyeron el Imperio y nombre de los Romanos en España, y fundaron el suyo, que largo tiempo conservaron con esplendor y gloria de grande majestad, hasta que los Sarracenos en menos de dos años le oprimieron, y forzaron á las reliquias de este universal incendio, que entre lo más áspero de los montes, buscase su defensa, donde las fieras muertas por su mano les dieron comida y vestido.