United States or French Guiana ? Vote for the TOP Country of the Week !


El joven Vargas hizo un movimiento olímpico de desdén. Mira, Jacinto, lo que yo es que en estos casos hay que mostrarse hombres y tener muñeca y saber vivir; al gringo le emplazo, como , para junio, y al portugués... la letra vence el 22. ¿Crees que de aquí al 22 de junio no me habré alzado con una suma suficiente para saldar mi deuda y comprarme corbatas?

Salgamos de aquí, señores; son ustedes testigos de lo que aquí ha pasado dijo doña María dirigiéndose a la puerta. Y sin esperar a más, resueltamente y bramando de ira, que expresaba con olímpico fruncimiento de cejas, salió de la sala y de la casa, seguida de los mismos que le habían acompañado, a cuya cola iba D. Paco. Por largo rato reinó profundo silencio en la sala.

En estos días trágicos en que el bárbaro esquilmo en esta tierra idílica alza su pabellón, en que nos hiere el fuerte, porque nacimos débiles y tiramos del carro del colonizador; danos el ritmo olímpico de tu música sacra y la dulce armonía de tu nueva canción, y ante el dolor, estóicos, el mundo cruzaremos del Ideal incólume volando siempre en pos.

Con altivez de grandes señores, arrojaron su puñado de cobre sobre el mostrador, como abofeteando al dueño. Si quería más podía ponerse a cuatro patas, que a ellos aún les quedaba dinero para taparle, si era preciso. Y decían esto con desdén olímpico, como si tuviesen a mano todos los millones del Banco de España en calderilla.

Reaumur colocó los cocodrilos entre los insectos; el ilustre conde de Buffon no se dignó siquiera indagar los nombres de aquel populacho ínfimo, dejándolos fuera del Versalles olímpico que elevó á la Naturaleza. Y tuvieron que aguardar á Lamarck para ser clasificados esos grandes pueblos obscuros, confusos; esos desterrados de la ciencia, que, sin embargo, lo llenan todo y todo lo han preparado.

Si alguien me hubiera dicho que no era el rey, el czar, el emperador, el niño mimado de la suerte, le hubiera mirado con olímpico desprecio. En el teatro había ópera, y más de una vez de pie, en el palco junto a ella, se me arrasaron los ojos de lágrimas oyendo al tenor en Lucía, aquello de: Tu che a Dio spiegasti l'ale.

Ved cómo: El gaucho estima, sobre todas las cosas, las fuerzas físicas, la destreza en el manejo del caballo, y, además, el valor. Esta reunión, este club diario es un verdadero circo olímpico, en que se ensayan y comprueban los quilates del mérito de cada uno.

Este sabio lleva al olímpico Perícles a un gabinete o museo de figuras de cera y me le deja estupefacto y aturdido. ¿Qué tienen que ver Minerva y Júpiter, donde el oro, el marfil y el mármol sólo imitan lo exterior de la Naturaleza, y aun esto incompletamente y sin todos sus pelos y señales, como en las figuras de cera?

Le echa la culpa de la ruina de Atenas y de todo lo malo que allí ha pasado, le niega el talento, le niega la elocuencia y le persigue con la misma saña que si le hubiera estafado. No tienen ustedes más que sacarle la conversación del olímpico, como él lo llama con sorna, y le verán ustedes deshecho.

Pero no todos ponen por condición indispensable en el buen poeta la bondad moral; y así, cuando no acusan a Goethe de duro y sin entrañas, le acusan de egoísta en grado superlativo: sostienen que todo lo sacrificaba al cultivo de la propia inteligencia, a su serenidad y olímpico reposo, mirándose a mismo como objeto preciosísimo que exigía el más cuidadoso esmero.