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¡Oh patria idolatrada, cuanto más afligida y angustiada te vemos te amamos más y más: no pierdas la esperanza; de la profunda herida siempre brotará sangre, mientras tengamos vida, nunca te olvidaremos: ¡jamás, jamás, jamás! Octubre, 1897.

Escribió poemas épicos, poesías líricas de todas clases, amorosas, satíricas, filosóficas, didascálicas; fue novelista y autor dramático. Por lo menos, los que hemos tenido la dicha de conocerle personalmente, es seguro que no lo olvidaremos mientras nos dure la existencia. Silva era un poeta que guardaba más semejanza con los vates antiguos que con los modernos.

¿Quién sabe si el sacudimiento terrible que tendrá que producir esta guerra no será una crisis saludable que nos levante de la postración en que estamos y nos coloque de nuevo entré las grandes naciones del mundo? Unidos todos en un esfuerzo común, olvidaremos nuestras divisiones de partidos, nuestras rencillas políticas y nuestros desventurados regionalismos.

Nosotros no la olvidaremos, ciertamente. ¿Y el común dolor que nos causa su pérdida, no debe unirnos más estrechamente para toda la vida? Su imagen no nos abandonará, ¿y no crees que ella bendeciría nuestra unión desde el fondo de su corazón, si de lo alto del Cielo pudiera vernos? ¿No nos ha legado al niño para que juntos velemos por él y que nunca lo confiemos a gente extraña?

En 1442 moraba en la collación de San Miguel el juglar pedro Rodríguez, según consta del Padrón de Contias de los vecinos de dho. barrio del año 1442 y por último en otro Padrón, también del siglo XV, de la collación de Santiago se cita á Pedro Alonso, juglar pobre y por último no olvidaremos á Juan Canario, que con un compañero suyo fué en la procesión del Corpus del año 1454, imitando ó entonando coplas probablemente el canto de los pájaros .

Fíate de que el nacimiento y el temperamento te hayan hecho ilustre... si la realidad y el mundo traidor no te permiten manifestarte como eres... Pero no suspires, no te entristezcas. Hoy es día de alegría y juntos los dos aquí olvidaremos todas nuestras penas... Cada día me es más difícil vivir sin ti.

Pero no olvidaremos nuestra situacion especial: no abusaremos de una libertad debida

Desde el Tormes subimos á visitar al ya citado señor chantre D. Camilo Álvarez de Castro, cuya casa y huerto se divisaban á una grande altura sobre nuestra cabeza, pues se apoyan en la antigua muralla de Salamanca y tienen vistas al río. Nunca olvidaremos aquella visita.

¡Buena suerte, capitán! dijo la doctora . Volverá usted pronto y con toda felicidad, ya que trabaja por una causa justa... Nunca olvidaremos sus servicios. Freya quiso acompañarlo hasta el buque. El conde inició una protesta, pero se contuvo viendo el gesto bondadoso de la sensible dama. «¡Se amaban tanto!... Había que conceder algo al amor...»

Estaba pálida como una muerta, desgreñada como una loca, trémula y llorosa como una mujer deshonrada. Allí oimos cosas que no olvidarémos, y de que no podemos dar parte á nuestros benignos lectores. Llegamos, por fin, á nuestro hotel. Pagué al cochero siete francos, uno de propina, y subimos á nuestra habitacion, que nos pareció el templo de la Paz. ¡Qué silencio tan apacible! ¡Qué dicha!