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Cuando aquella voz tan suave y encantadora, aquellos acentos deliciosos que llegaban al alma... no veía en él más que a un pobre joven que con las manos extendidas hacia me suplicaba le dejase ver aún la luz del sol, que era tan brillante y tan bella... Lasciami ancora verder il sole... decía él, y yo, imprudente, le escuchaba olvidando mi papel.

El marqués lanzaba estas lamentaciones ante el joven, olvidando momentáneamente su intervención en la obra.

I asi solo daré noticia de los ingenios judios, á pesar de que no es grande el mérito de sus obras, dejando á parte el tiempo en que fueron escritas, olvidando que la lengua castellana aun no habia llegado á ser perfecta, i que los escritores pugnaban por desterrar de ella la rusticidad de los vocablos, i por levantar i atildar el estilo.

D. Félix dejó escapar un bufido desdeñoso. El Sr. de las Matas quedó pensativo unos instantes. La sonrisa que contraía su boca se extinguió. Al cabo exclamó con voz sorda y tono profético: ¡Ay de los pueblos que corren presurosos en busca de novedades! ¡Ay de los que, olvidando las pristinas y sencillas costumbres de sus mayores, se entregan á la molicie! ¡Ay de los aqueos! ¡ay de los dorios!

Vanas fueron, por tanto, las diversas tentativas de la Iglesia para apartar á los fieles de esos abusos. Entre las muchas costumbres del paganismo que aceptó la Iglesia, cuéntanse las procesiones gentílicas, las mascaradas y bailes en las fiestas cristianas, asimilándoselas de tal modo, que poco á poco se fué olvidando su origen.

En más ó menos tiempo, la superficie sucia del lago reemplaza á la verdura de los prados, hasta que al fin, la capa líquida penetra en el suelo y se cambia en vapor, ó bien, después de la crecida, vuelve al cauce del arroyo. Durante la inundación, el pequeño arroyo, olvidando sus pacíficas costumbres, se convierte en destructor de cuanto encuentra á su paso.

Pensó entonces que no hay situación en la existencia que resista a un esfuerzo superior de filosofía y, olvidando la circunstancia y la hora, púsose a contemplar a aquel hombre de obscuro entendimiento que, había logrado fácilmente los altos honores, hasta ser uno de los más influyentes personajes de la comuna, tenido en gran predicamento por el Rey.

Un aplauso inmenso saludó á Simoulin al descender del tren. «¡Qué viejo está!» Y las mujeres, vestidas de luto, lloraban, olvidando momentáneamente sus dolores para no ver mas que los sufrimientos del adorado grande hombre.

Ab illo enim negotia rerum non expetunt in theatrali favore clamorem, sed in exoptata salvatione populi legemAsí, por último, arrastrado por la clemencia de un propósito insensato, y olvidando toda compostura, daba vueltas soeces presa del vértigo obsceno y lujurioso usado en el teatro, moviendo en todos sentidos sus brazos en arco, juntando otras veces sus pies lascivos, danzando en círculo con pasos insinuantes y trémulos, entonando cantares escandalosos con meneos impúdicos, y provocando de este modo la diabólica y pestilencial lujuria.

Ese exceso de amor materno le escandaliza. Dice que en Francia se permite a las señoras hacer muy bonitos versos sobre este asunto; pero no tolerarían que una madre joven expusiese su salud, marchitando la frescura de su tez, privándose de reposo y de alimento, y olvidando su bienestar individual al lado del chiquillo.