United States or Antigua and Barbuda ? Vote for the TOP Country of the Week !


Os doy la enhorabuena por haber hallado tal posada dijo don Bernardino , y estimando yo como estimo á vuestra... amiga, no puedo menos de ofreceros mi amistad. Y tendió la mano á Juan Montiño, que se la estrechó fríamente. En aquel momento se oyó una voz de hombre que decía en el corredor: ¡Dorotea!

Una hora después, Richard Scott estaba en mi casa. «Zuzie, me dijo, prometedme aceptar lo que voy a ofreceros, prometédmeloYo le prometí. «Pues bien, con la sola condición de que mi padre no sepa nada, pongo a vuestra disposición la suma que necesitáis. ¡Pero vos no conocéis el pleito, y es preciso que sepáis lo que es, lo que vale!

El mío prosiguió con una voz en que se notaban dejos del llanto sirvió también a su rey en la Armada real hasta el año 68...; en el mes de septiembre se arrancó los entorchados y rompió su espada... Yo, señor, desenvainé la mía por primera vez en la batalla de Alcolea, y fiel a las tradiciones de mi raza, vengo a ofreceros hoy como Grande la que ya os di como soldado...

Esperándonos en Dax, donde no tardaremos en reunirnos con ellos. Venid á mi tienda, donde descansaréis y vos y vuestro escudero repondréis un tanto las fuerzas con lo poco que aquí puedo ofreceros.

El Caballero se sienta solo en un banco que hay frontero al hogar, y permanece abatido y sombrío, con los ojos en la hoguera de sarmientos que levanta sus lenguas de oro hacia el fondo negro y brujo de la chimenea, donde resuenan las risas del viento. Los mendigos se agrupan al otro lado, y hablan en voz baja. Calentaos, ya que sólo puedo ofreceros el techo y la lumbre.

En amando, para Son los engaños notorios. 640 ¿Amor se funda en engaños? Primero que el amor fueron; Pues desde que ellos nacieron, El mundo cuenta sus daños. Si yo, Señora, creyera 645 Cobrar la deuda de vos, Sin conocernos los dos, Por otro estilo pudiera. No vengo sino á ofreceros Cuanto tengo y cuanto soy, 650 Con que pagado me voy, Y aun deudor de solo veros.

D. Félix, que había entrado en su casa y había salido rápidamente con dos envoltorios de papel en las manos, se acercó á las jóvenes en aquel momento. Vengo á ofreceros estos cartuchitos de caramelos y lo hago con cierto temor, porque no estoy seguro de que os gusten. ¡Es tan raro que á las niñas les agraden los dulces!