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Pero no por ello mamá y mi mujer dejaron ni dejan de llevar cuenta exacta del tiempo. Los clásicos cuarenta días pesan fuertemente, sobre todo en mamá, y aún hoy, con treinta y nueve transcurridos sin el más leve trastorno, ella espera el día de mañana para echar de su espíritu, en un inmenso suspiro, el terror siempre vivo que guarda de aquella noche.

Entre el tablado y Manila hay nueve legüitas de monte ¡pero qué monte! y á más, el sorbito de agua que tiene la laguna de Bay. La maquinaria, atrezos, vestuarios, telones y demás tarantines hay que llevarlos á brazo, y los brazos son caros.

Pero ya en esto, diez y nueve robustos contrabandistas habían entrado a dar sus diez y nueve votos en la Junta, y echándose cada uno un argumento a la cara: ¡Viva Isabel II! dijeron.

La catedral, símbolo del cristianismo, subsiste allí despues de nueve siglos, y representa la renovacion de las sociedades y la inmortalidad de los principios esenciales del cristianismo, puesto que, habiendo sido en sus primeros siglos catedral católico-romana, el pueblo la convirtió en catedral reformada, sin mas operacion que la de suprimir las imágenes y algunos símbolos.

Total, diez y nueve Cristos que tienen la idea de viajar, bajo el poder de un Poncio Pilato que se llama el mayoral, como quien dice, don Manuel Rosas y los salvajes unitarios de marras. Esto en cuanto á la parte animal que va adentro. Por lo que hace á la de afuera se clasifica, en el órden de bestialidad, así: El mayoral, El zagal, El delantero Y las mulas.

Una mañana, al pasar Isidro después de las nueve por la Puerta del Sol, con dirección a la Biblioteca Nacional, reconoció en la entrada de la calle del Carmen el carro de Zaratustra por los bizarros adornos de su caballería.

Mandaron los doctores que por nueve días no hablase nadie recio en nuestro aposento, porque, como estaban huecos los estómagos, sonaba en ellos el eco de cualquier palabra.

Rafael Bonnin de José, de oficio botiguero, natural y vecino de esta Ciudad, de edad de treinta y nueve años, reconciliado y preso segunda vez por judaizante.

Cuando se quiere que quede más bonito, sin quitar nada de la cáscara se tienen lo primero nueve días en agua, cambiándola todos los días y pinchando a menudo la cáscara con un alfiler.

Respondiéronle todos juntos: Treinta y dos grados y medio. ¿Quanto dista de aquí la luna? Sesenta semi-diámetros de la tierra. ¿Quanto pesa vuestro ayre? Creía haberlos cogido; pero todos le dixéron que pesaba novecientas veces ménos que el mismo volumen del agua mas ligera, y diez y nueve mil veces ménos que el oro.