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Hablaban de hijos y de las madres que deseaban tenerlos, así como de las que los tenían en excesivo número. «¡Ah, los hijos! dijo doña Tula con tristísimo acento . Son una enfermedad de nueve meses y una convalecencia de toda la vida».

Payo quiere decir cabeza, y como de estas hay tantas y tan huecas en aquel pueblo, no sabemos el punto facial de arranque de aquella etimología. De Payo dependen nueve barrios componiendo un total de población de 1.972 almas de las que tributan 891. Se registraron 61 bautizos, 26 casamientos y 22 defunciones: asegurándonos concurrían á las escuelas 25 niños de ambos sexos.

Y usted que es poeta, esclavo de la rima y del metro, hijo de las Musas, continuaba Sandoval haciendo un elegantísimo gesto con la mano como si saludase en el horizonte á las nueve hermanas, ¿comprende usted, puede usted figurarse cómo con un idioma tan ingrato y poco cadencioso como es el francés se puedan formar poetas de la talla gigantesca de nuestros Garcilasos, nuestros Herreras, nuestros Esproncedas y Calderones?

Toda la mole de piedra, vasta y atrevida, que compone la bóveda, reposa sobre diez y seis grandes columnas, cada una compuesta de nueve de espesor desigual, lanzadas con vigor á dar con el altísimo artesonado de mampostería, desnudo y sombrío.

Había trabajado como un perro por la candidatura del partido repartiendo papeletas a las puertas de los colegios, tuvo una disputa con un municipal que le quería llevar atado, y lo sufrió todo... todo por el partido y el candidato... y ahora le ofrecían como recompensa un puesto de peón en el adoquinado, nueve horas de trabajo al sol y siete reales.

Subió los escalones de dos en dos y tiró del cordón de la campanilla. Eran las nueve de la mañana. En seguida le abrieron, con aquella franqueza y prontitud con que suelen abrir los pobres. Apenas tuvo tiempo de ver quién le abría. Se encontró ceñido por unos brazos que le estrechaban y abrumado por una boca que cubría sus mejillas de un diluvio de sonoros besos.

Nada, y estoy con sumo cuidado: salió á las ocho, son las nueve y media, él no conoce á nadie en Madrid... como no sea á esa comedianta con quien tuvo amores... pero no hay que pensar en que... yo no quiero pensar en ello. Ni hay para qué dijo Quevedo ; amores de un día han sido, ó por mejor decir, conocimiento de un día, y aun así conocimiento simple.

Sus aldabones figuran una cinta enlazada con florones enmedio, y en ella esta letra: Benedictus Dominus Deus Israel. Esta puerta, llamada del Perdon por las indulgencias que en ella se ganaban, conduce á un vestíbulo magestuoso de bóveda esférica sostenida en arcos, y de este vestíbulo se baja al patio de los Naranjos por nueve espaciosas gradas de jaspe azul, modernamente labradas.

Hallamos en el pueblo gran abundancia de comida, por lo cual nos detuvimos cuatro dias en él: juntámonos despues, y pareciéndonos que estabamos informados medianamente de la tierra, su calidad y frutos, pareció á todos proseguir el viage; y caminando trece dias continuos, en que andariamos 52 leguas, segun decian los que entendian de las estrellas, llegamos á la nacion de los indios Carcokies: de allí, en nueve dias, entramos en otra provincia, de seis leguas de ancho y largo, la cual estaba toda cubierta de sal, tan espesa y blanca que parecia nevada, y que nunca se deshace.

Sucedió esta durísima batalla que ensangrentó la granadina tierra el año mil trescientos diez y nueve, mañana de San Juan, triste y sangrienta para el cristiano bando, y venturosa para la gente indómita agarena: en Castilla reinaba Alfonso Onceno, y rey y emir de los alarbes era el terrible Ismail.