United States or Jamaica ? Vote for the TOP Country of the Week !


No pude pensar más. Me sentí sacudido violentamente de los pies á la cabeza por el brutal arranque del automóvil; me creí arrojado á lo alto, como si el carruaje, después de rodar sobre la tierra unos momentos, se elevase á través de la atmósfera. Perdí desde este momento la normalidad de mis sentidos, para no recobrarla hasta el día siguiente.

Además, era un miedoso, que siempre temía resfriarse y no osaba salir á la calle en los días nublados si le faltaba el paraguas. A él que le hablasen de hombres valientes. No ... respondía á su madre . Tal vez estará metido en cama, con siete pañuelos en la cabeza. Cuando volvía don Pedro, la casa recobraba su normalidad de reloj pausado y seguro.

Si conforme le cayó entre las manos la familia de Zapata le hubiera tocado gobernar familia de más fuste, o una ínsula, o un estado, habría salido muy airosa. En la ínsula de Doña Francisca estableció con mano firme la normalidad al mes de haber empuñado las riendas, y todos allí andaban derechos, y nadie se rebullía ni osaba poner en tela de juicio sus irrevocables mandatos.

En aquellas circunstancias era cuando se lucía su marido, dando disposiciones que de nada servían. Pero al volver el río a su normalidad y desaparecer el peligro, el popular rebaño admiraba sus sacrificios, llamándole el padre de los pobres. Si el milagroso santo había de salir, que fuese Rafael quien concediera el permiso.

Entraba, pues, la viuda de Zapata en la normalidad próspera de su existencia con la cabeza gacha, los ojos caídos, el mirar vago, perdido en los dibujos de la estera, el cuerpo apoltronado, encariñándose cada día más con la indolencia, el apetito decadente, el humor taciturno y desabrido, las ideas negras.

No te rías maliciosamente, pues yo, como casi todo el mundo salvo unos cuantos seres elegidos representamos la normalidad, traducida en la infinita extensión de la tontería en la tierra. Al entrar en la convalecencia pasé horas de profunda melancolía. Una tarde leía un librito de un místico flamenco, pequeño por su tamaño, grande por su contenido.

Otra vez les sorprendió lo extraño de aquella pobreza que había caído inesperadamente sobre ellos. Pero ¿era lógico que continuase la vida del mundo con la normalidad de siempre, después de estas anomalías particulares?...