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Habíanse establecido nuevos impuestos despreciando las reverentes reclamaciones de algunos meticulosos Cadís contra la manifiesta violacion del texto de la ley, y habia recursos mas que suficientes para atender á la obra proyectada por dispendiosa que fuera. La sola compra del solar habia de costarle una gran suma. Pero las primeras negociaciones encomendadas al katib Umeya fueron infructuosas.

Diole mucho que cavilar la racional sospecha; vio las cosas con espíritu sereno y por todas sus caras a la luz de los antecedentes que tenía, y sacó en limpio que, saliera pez o rana en definitiva, era de necesidad, por de pronto, enterar a don Adrián del mal éxito de sus negociaciones, para que Leto, que se hallaría presente, lo tuviera entendido en la correspondiente proporción.

En el retrato que se nos hace del carácter cartagines, en el señalamiento de las causas que provocaron los rompimientos, en la narracion de las batallas, de las negociaciones, y otros puntos semejantes, ¿seria posible que hubiésemos sido engañados?

Mas como a pesar de sus rabiosos esfuerzos el gusano del apetito le roía cada vez con más crueldad las entrañas, el mísero, al cabo de dos meses, cayó en gran abatimiento. Sintióse desfallecer de amor y de deseo. No tuvo fuerzas para alejarse de Madrid. Volvió a rogar a su hermana que otra vez entablase las negociaciones.

Batallas, negociaciones, intrigas palaciegas, vidas y muertes de principes, cambios de dinastías, de formas políticas, á esto se reducen la mayor parte de las historias; nada que nos pinte al individuo con sus ideas, sus afectos, sus necesidades, sus gustos, sus caprichos, sus costumbres; nada que nos haga asistir á la vida íntima de las familias y de los pueblos; nada que en el estudio de la historia nos haga comprender la marcha de la humanidad.

Donde empiezan mis dudas, a pesar o a causa de la circunstanciada y minuciosa relación del Sr. Danvila, es en la idea que debo formar del talento político que el rey D. Felipe mostró en los tratos, negociaciones, intrigas, rodeos tortuosos, lentitud y cautela con que vino al cabo a apoderarse de Portugal y a someter la completa extensión de nuestra Península bajo su dominio.

Colocado que hubo las armas, Alberto entró en negociaciones con el procurador de Felipe, conviniendo ambos en que los dos adversarios se colocarían a cuarenta pasos de distancia pudiendo avanzar cada uno hasta diez, lo que reducía el trayecto a veinte pasos.

La marquesa dio entonces el primer paso, diciendo con intención marcadísima: ... Parece que Biarritz es el teatro escogido para las negociaciones diplomáticas. Hízose Jacobo el sueco y contestó con tono doctoral de hombre político: Dudosas se presentan... No creo que cuaje ninguna... ¿Ninguna? preguntó riendo la marquesa . ¿Ni tampoco las mías?

Decididamente, no he venido al mundo para las negociaciones delicadas. Esta vez era Kisseler, y detrás de él, Lautrec. No con qué expresión lo he recibido, pero que fue bastante singular para que, en varias ocasiones, me mirase sonriendo. No pude menos de hacer la observación en voz alta: ¿Qué tengo hoy de extraordinario? Lautrec respondió: Estoy observándolo. ¡Ay, señor cura!

Pardiez exclamó, puesto que la novela en cuestión se terminó ocho días antes de las negociaciones, ¿qué más quieren ustedes?... Nada de novelas repliqué. ¡Nada de novelas! repitió el señor Boulmet en el colmo de la estupefacción. ¿Dónde encontrará usted un hombre de treinta años que no haya tenido su novela?... ¿Su novela?... Sus novelas, su colección de novelas...