United States or Uruguay ? Vote for the TOP Country of the Week !


Tampoco tuvo en la prensa todo el éxito que mereció la casi augusta solemnidad con que el buen marqués de Montálvez desempeñó su papel en la fiesta, particularmente durante el breve rato que conversó aparte con el presidente del Consejo de Ministros, y cuando, después de estrecharle reverentemente la mano le dijo algunas palabras al oído el Capitán general de Madrid, vestido de gran uniforme. ¡Oh, qué actitudes y qué mímica las suyas en aquellas dos singularísimas ocasiones! ¡Qué bofetón más sonoro para «los hombres de Gobierno» que todavía le regateaban la credencial de senador! ¿Dónde hallarían ellos para ese cargo otro viejo más distinguido, más serio, más limpio, más planchado, más opulento, ni más adaptable por su tipo al grave ceremonial del «alto Cuerpo Colegislador»?

No; yo quiero ser honrada a carta cabal, honrada, honrada. ¿Sin volver con su marido? Sin volver con mi marido. Feijoo hizo con los labios, con los ojos, con todos los músculos de su cara un mohín muy humano y expresivo, signo perteneciente al lenguaje universal y a la mímica de todos los países, el cual quería decir: «Hija mía, no lo entiendo...».

Donde la intendenta le llevó mucha ventaja fue en la mímica: Anita era una consumada actriz, mientras el tío Manolo se movía poco y con trabajo en la escena. El acto de Lucía comenzó igualmente muy bien: los coros, contra lo que se esperaba, estuvieron bastante acertados: Rivera dijo sus primeras frases de indignación con buen éxito: el concertante tampoco salió mal.

Brillaron los ojos del alemán al ver el oro; una sonrisa beatífica dilató su boca casi de oreja á oreja. Ia dijo comprendiendo la mímica. Y le entregó sus comestibles tomando la moneda. Don Marcelo comenzó á tragar con avidez.

Cuando pasa a mi alcance una chocha de agua, me mira irónicamente echando atrás, con un movimiento de cabeza, a lo artista, sus largas orejas flácidas que le cuelgan delante de los ojos; después, posturas de parada, meneos de cola, toda una mímica de impaciencia, como queriendo decirme: ¡Tira!... ¿Por qué no tiras, tonto? Tiro, y yerro la puntería.

Y eso que no se guiaba de la mímica de los artistas porque miraba apenas hácia la escena. El truhan decía muy intencionadamente á Paulita, que, habiendo mujeres muchísimo más hermosas, no quería cansarse mirando á lo lejos... Paulita se ruborecía, se cubría la cara con el abanico y miraba de hurtadillas hacía donde estaba Isagani, que sin reirse ni aplaudir presenciaba distraido el espectáculo.

La distinguida dueña de casa llegó a disculparse con excelente mímica, mirando a su marido, como si le dijera: «¿Y estos son los amigos que traes a tu hogar?...» Me disculpé balbuciendo débiles excusas sobre mi rusticidad.

"Es de deplorar continuó el militar reforzando su elocuencia con un poco de mímica, es de deplorar que los primeros derechos concedidos por la libertad sean mal empleados por algunos hombres. El hábito de la libertad es uno de los más difíciles de adquirir y tenemos que sufrir los desaciertos de los que por su natural rudeza tardan más en adquirir este hábito. Pero no desconfiemos por eso, amigo.

La segunda sólo debe valer en cuanto se refiere únicamente al arte de la representación, puesto que los esfuerzos de Lope de Rueda para lograrlo, según consta de todos los testimonios, fueron en efecto extraordinarios y nunca vistos en España, y pueden ser considerados como el primer impulso que recibieron la mímica y el arte dramático para llegar á su perfección.

Y donde le encuentren... Terminó la frase con una mímica espresiva. Levantó ambos brazos á la altura de la cara, el derecho más encogido que el izquierdo, vueltas las palmas de la mano hácia el suelo, cerró un ojo y haciendo dos movimientos de avance, ¡Psst, psst! silbó. ¿Y los brillantes? preguntó Ben Zayb. Si se le encuentran...