United States or Greenland ? Vote for the TOP Country of the Week !


Apretaba el Tuerto contra su pecho corto y ancho trabuco, y, después de girar hacia todas partes el único lucero de su fea cara, de aguzar el oído, de olfatear, por decirlo así, el aire, arrimóse al murallón, medio arrodillándose tras de un seto de zarzas y brezo que lo guarnecía.

Entretanto, había ganado posiciones junto a la reja del murallón donde estábamos, una señora gorda, con un peinado de bananas sobre el cual colgaba una mantilla española de chapa, metiendo codo a todos los obstáculos que había encontrado a su paso; la cara, iluminada por una capa de colorete recientemente aplicada, distribuía una sonrisa perenne por todas partes; y metida dentro de un vestido de moirée verde, inflado por un miriñaque movedizo y oscilante, parecía un montgolfier en el momento de elevarse.

Alegrósele el alma con la vista del atajo, que a su derecha se columbraba, estrecho y pendiente, entre un doble vallado de piedra, límite de dos montes. Bajaba fiándose en la maña del jaco para evitar tropezones, cuando divisó casi al alcance de su mano algo que le hizo estremecerse: una cruz de madera, pintada de negro con filetes blancos, medio caída ya sobre el murallón que la sustentaba.

Asegura Perucho que no ha sabido jamás si fue el miedo o su propia voluntad lo que le obligó a descolgarse del murallón y descender, más bien que a saltos, rodando, los atajos conocidos, magullándose el cuerpo, poniéndose en trizas la ropa, sin hacer caso de lo uno ni de lo otro.

Es decir, que si el madrileño, siempre con sus libros debajo del brazo y en busca de paisajes, encantado por el aspecto de un artístico murallón cubierto de verde y tupida hiedra, se recostaba contra él, sentado sobre césped de un palmo de espesor, no bien se ponía á leer á cualquiera de los poetas, desde Gonzalo de Berceo hasta el último bucólico de nuestros gacetilleros y romancistas, y exclamaba, por ejemplo con el primero: «Nunca trobé en sieglo lugar tan dileitoso»,

Por mucho que le aguijonease el deseo de sus cuatro cuartos, no se atrevía a descolgarse del murallón, temiendo hacer ruido y que le apuntasen con el cañón de aquel arma, cuya ancha boca debía, de seguro, vomitar fuego y muerte.... Así transcurrieron diez segundos de angustia para el angelote. Antes que pudiera entrar a cuentas con el miedo, ocurrió un nuevo incidente.

Junto al agua brillaban los focos eléctricos del muelle y las linternas multicolores de los buques. Rompió a tocar la banda del Goethe la marcha triunfal con que saludaba el ingreso en los puertos. A un lado del buque surgió un murallón con espumas en su base. Era la escollera.

Por un callejón que entonces era intransitable por lo pendiente, y hoy es inaccesible porque forma ángulo recto con la bóveda celeste, echaron nuestros personajes á paso de carga, y no se detuvieron hasta llegar á una pequeña barraca, incrustada entre un murallón de San Felipe y otro del Cristo de la Catedral, en cuyo estrecho recinto se veían amontonados diversidad de objetos, clasificados con la mayor escrupulosidad, y todos de la especie de los que ya Pipa había recibido de manos del neófito.

Don Pelegrín Tarín es un señor fechado aún más allá de la última decena del siglo XVIII, uno de esos hombres cuyo conocimiento se hace en el café con motivo de una jugada á las damas, ó la duda de una fecha, ó el relato de un episodio de la guerra de la Independencia; un señor chapado y claveteado á la antigua, y en cuyo ropaje y fachada se puede estudiar la historia civil y política de su tiempo, del mismo modo que sobre un murallón cubierto de grietas y de musgo se estudia el carácter de la época en que se construyó ... y no cuántas cosas más, según es fama.

Habiendo el Asistente Arjona derribado el murallón de la Torre del Oro y edificádose el Salón de Cristina, comenzó el público elegante y aristocrático á abandonar el viejo Arenal; llevado de las novedades y atractivos que el nuevo sitio de esparcimiento y recreo le ofrecía.