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De Europa avisaron por Lima, que el confesor del Rey, vencido al fin de los estímulos de su conciencia, habia declarado al Monarca in totum el estado de las cosas de los indios: que se habia horrorizado su Magestad, y que luego al punto habia mandado juntar el Consejo de los Proceres, y que habia tambien convocado las Universidades á junta, para que dijesen y examinasen, si los indios, que sin armas y de su propio motu, por la sola predicacion se habian sujetado, y rendido á su proteccion sus tierras, y si estos, así libremente sujetos, pudiesen ser lícitamente despojados de sus tierras, y algunos otros puntos.

Secundo vero processuoi fuit ad hoc quod aliqui aliquid incorporeum esse apprehenderunt: non tamen á corpore separatum, sed corporis formam. Unde et Varro dixit quod Deus est anima, mundum intuitu, vel motu et ratione gubernans: ut Augu. narrat 7 de civit. Dei.

Sólo así lograba entrar en su gracia. Poco tiempo después de haberse trasladado Miguel, fue testigo de una de las más repugnantes escenas de este género. Cuando terminó con el piano una mañana, Julita se fue al comedor, y motu propio, por su extremada inclinación al aseo, sacó toda la vajilla de los armarios y se puso a limpiarla esmeradamente y a colocarla de nuevo en su sitio.

Cierto que acepta las sustancias animales inherentes al puchero, pero es como precepto medicinal más que como verdadera satisfacción. Y fuera de esto y de algún huevecillo, seguro está que ninguna Granadina se recete motu proprio otros manjares que ensaladas, ensaladillas y ensaladetas, en cuyo ramo su inventiva es inagotable.

«yten mando a la fabrica desta sancta yglesia en obediencia del motu proprio de la santidad de pio quinto y en conservación del derecho que por el tiene adquirido lo siguiente: Vna figura de xpo. nro. redenptor de plata en vna cruz de evano, yten otra figura de xpo. de marfil con su caja y cruz, yten vna cruz de evano guarnecida con diversos vidrios de colores y con su pie, yten dos quadros de xpo. nuestro redentor y nuestra señora y los doze apóstoles y san juan baptista y san pablo y san marcos y san lucas que son todos diez y ocho que están en mi libreria y otro retrato grande guarnecido como los demás de xp. nuestro redenptor con la corona y caña y soga y nuestra señora que se llama passio duorum y otra imagen grande de santa maria del populo y otra de nuestra señora que tiene en sus manos al niño Jesús con vn velo y otra ymagen de san nicolas de tolentino puesto en oracion y otra de la magdalena que llaman tulerunt dominus. m.l. y cuatro lienzos del bassanis estan por guarnecer del nacimiento, circuncisión y lançar del templo ementes et vendentes y el nacimiento del baptista y un san Gregorio y san geronimo, san agustin, san ambrosio, dos de santo thomas, san esteuan, san lorenço, san sebastian, santo domingo, dos de san francisco y otro de nuestro redenptor y otro de nuestra señora que son por todos veynte e çinco questan en el oratorio los quatro por guarnecer y los veynte e vno guarnecidos y con los de la librería vienen a ser todos quarenta y tres ymagenes como estan referidas todas, mando se den á la fabrica de la sancta yglesia para que si los dichos señores dean y cabildo les pareciese acomodarlos en la sacristia mayor o en los altares colaterales de las reliquias.

La libertad de cultos, que el alto clero de Buenos Aires apoyó, no ha sido restringida; la población europea se disemina por las estancias, y toma las armas de su motu proprio para romper con el único obstáculo que la priva de las bendiciones que le ofreciera aquel suelo; los ríos están pidiendo a gritos que se rompan las cataratas oficiales que les estorban ser navegados, y el Banco Nacional es una institución tan hondamente arraigada, que él ha salvado la sociedad de la miseria a que la habría conducido el tirano.

Facundo es el único que está dotado de vida propia, que no espera órdenes, que obra de su proprio motu. Se ha sentido llamado a la acción, y no espera que le empujen. Mas todavía habla con desdén del Gobierno y del general, y anuncia su disposición de obrar en adelante según su dictamen y de echar abajo el Gobierno.

Mientras tanto D. Primitivo se enteraba con profunda sorpresa de que Pedro no había tocado siquiera en el cuadro de las lechugas. El procurador se guardó de comunicar la noticia á sus compañeros, y cuando llegaron á la huerta y se encontró frente á las malhadadas lechugas, que habían tenido la audacia de espigar motu proprio, bajó la cabeza y pasó de largo sin conocerlas.

En la época en que florecieron los primeros teólogos cristianos, el más abyecto servilismo, el servilismo oriental refinado por los sutiles griegos de la decadencia, estaba de moda en el mundo, que levantaba templos a los emperadores reinantes para rendirles culto, y para endiosar a Dios en las formas del tiempo, los cristianos llevaron el ceremonial del miedo a su señor celestial hasta los últimos límites de lo posible, hasta los últimos extremos de lo repugnante y de lo absurdo, como si Dios hubiera "hecho a los hombres a su imagen" para que fueran su antítesis; pera sacrificarlos en holocausto a mismo como Saturno a sus hijos; para degradarlos, levantando con su omnipotencia caprichosa más alto en la segunda vida a los que de "motu proprio" hubiesen caído más bajo y más sucio en la primera; como si los hombres hubiesen recibido en la existencia la carta del negro, no para que la disfrutasen, sino para que la padecieran como una sentencia de oprobio, por "el delito de haber nacido del pecado original".

Porque la brigadiera no podía sufrir con paciencia esta simpatía: se irritaba contra su hija cuando pedía que le trajesen a Miguel sin demora, y mucho más cuando éste, motu propio, se llegaba a darla un beso.