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El deseo de beber los licores fermentados, preparados de antemano para las fiestas religiosas á que asistian los vecinos y toda la aldea, motivaba casi siempre sus reuniones, que tenian lugar en un recinto comun, reservado para el caso.

El profesor dijo las últimas palabras mostrando una timidez de muchacha, lo que dió á su respetable persona cierto aspecto grotesco. Pero tuvo que abandonar pronto esta actitud para ocuparse de un asunto más importante que motivaba su visita matinal. Si lo había olvidado al principio, era á causa de la emoción que sentía siempre al hablar á solas con el gigante.

Así como el famoso alcaide de Antequera no dejaba de ser el terror de los agarenos por presentarse en las lides tocado á la morisca, del mismo modo podia ser cristiana la idea que motivaba la construccion de que vamos tratando, á pesar de ser pagano el estilo en que se realizaba.

Al levantarse, cuando la gota se lo consentía, el anciano caminaba algunos instantes a lo largo de la cuadra. Guiomar y su hijo se acurrucaban junto al brasero. Oíase el tic-tac de un cuadrante. Nadie hablaba. No hubiera podido decirse, al pronto, si era una aversión recóndita o un dolor compartido lo que motivaba dicha reserva. Cada uno se informaba del otro por medio de la servidumbre.

Para Amaury y Magdalena, a quienes la fuerza de la costumbre no les dejaba ver la verdadera causa de las rarezas del doctor, no obedecían éstas a otra causa, que a pasajeras contrariedades, y estaban muy lejos de advertir la pesadumbre real que motivaba aquella metamorfosis.

En tanto dos hombres que en un apartado y estrecho cuarto del piso bajo de la casa parroquial estaban, entretenían el insomnio charlando acerca del suceso que motivaba tanto ruido y tan extremosas entradas y salidas de gente. ¿Quién anda por ahí, que tanto ruido hace? preguntó Navarro a su hermano. No es cosa que deba desvelarte, porque ni a ti ni a nos interesa.

Durante algunos minutos permaneció don Pablo con el oído en el aparato, prorrumpiendo en alegres exclamaciones, como si le satisfaciese lo que le decían. Cuando volvió hacia Montenegro, ya no parecía acordarse de lo que motivaba la visita de éste. ¡Van a entrar, Fermín! exclamó frotándose los manos. Me dicen de parte del alcalde, que los de Caulina comienzan a dirigirse hacia la ciudad.

El señor de Brenay, hombre muy corrido, creyó que debía, en cuanto se cambiaron los primeros cumplimientos, ponernos al corriente de lo que motivaba semejante perturbación en su interior.