United States or Curaçao ? Vote for the TOP Country of the Week !


Con este motivo determinó abandonar la Córte, y retirarse á la Mota de Medina del Campo, por estar íntimamente persuadida de que en este lugar se veria libre de los observadores cortesanos, y poder desde alli escribir á la reina Isabel, su madre, noticiándola de su última resolucion, que era la de partir á la mayor brevedad á Flandes, para de esta suerte volver á ser dueña del corazon de su esposo, y destruir cuanto antes el amor que hubiera depositado en la rubia española.

Llegado que hubo D. Juan de Fonseca á donde estaba la reina le dió parte de todo lo ocurrido con la princesa; Doña Isabel, á pesar de lo débil que se hallaba y de la multitud de negocios que le proporcionaba su alta posicion, se puso en camino para la Mota de Medina del Campo, presumiéndose que tal vez su presencia haria desistir á su hija de un proyecto para ella tan sensible.

«Señora le dijo la niña con voz dulce y tímida, pronunciando con la más pura corrección , ¿ha visto usted mi delantal?». Cogiendo por los bordes el delantal, que era de cretona azul, recién planchado y sin una mota, lo mostraba a la señorita. «... ya lo veo dijo ésta admirada de tanta gracia y coquetería . Estás muy guapa y el delantal es... magnífico».

Le acompañó hasta la puerta, rascándose la mota, y dejó paso franco: un saloncito, primero, con muebles pretenciosos, y en la pared un cuadro litográfico, con marco negro, representando a San Martín; en medio, una mesita y un tintero de bronce, con el busto de Belgrano.

Porque no pides; aquí nadie ha de traerte el garbanzo, como no sea yo; y yo, si ahora tengo algún dinero, pronto me quedaré sin una mota, y tendré que volver a pedirlo con vergüenza. ¿Esperas que aquí te caiga el maná? Cader manjá replicó Almudena con profunda convicción. Fíate de eso... Pero dime otra cosa, hijito: ¿habrá por aquí dinero enterrado? Haber mocha, mocha.

Era Sor Natividad vizcaína, y tan celosa por el aseo del convento que lo tenía siempre como tacita de plata, y en viendo ella una mota, un poco de polvo o cualquier suciedad, ya estaba desatinada y fuera de , poniendo el grito en el Cielo como si se tratara de una gran calamidad caída sobre el mundo, otro pecado original o cosa así.

Así cayó aquel baluarte poderoso del orden, aquel varón esforzado que en sus luchas incesantes con la pillería de los arrabales tantas veces había caminado por la senda de la victoria. Levantáronlo y lo metieron en la botica de don Matías, que estaba próxima. Desde allí lo condujeron poco después al hospital. La ciudad perdió por algunos días su escudo protector. Porque ni Lucas el Florón ni Pepe la Mota podían competir en energía con

Plácido había salvado el honor, que era lo importante, pagando religiosamente a todo el mundo con las existencias. Se había quedado con lo puesto y sin una mota. No salvó más mueble que la vara de medir. Era forzoso, pues, buscar algún modo de ganarse la vida. ¿A qué se dedicaría? ¿En qué ramo del comercio emplearía sus grandes dotes?

Eso no basta. Necesitamos acabar el piso principal, y... Eso... eso... interrumpió Guillermina . Pero no te dará ni una mota. ¿Sabes? Se va a hacer mormón, y necesita el dinero para tantísimas mujeres como tendrá que mantener. Poco a poco, señoras mías observó el rico avariento, echándose sobre el respaldo del sillón . La cosa varía de aspecto. ¡Jacinta metida a santa fundadora! ¡Qué compromiso!

Cuando venga la de la cara fea me encontrará sin una mota, pero con la conciencia como los chorros de la plata.