United States or Guadeloupe ? Vote for the TOP Country of the Week !


Fabrice no pudo ocultar a su mujer el contento que esto le causaba, y, por la tarde, durante la comida, como hablasen de ese particular, la mortificó inocentemente con sus embarazosas preguntas acerca de lo que ella pudiese saber o adivinar sobre las causas que originaron esta dichosa y repentina conversión de Pedro.

La adoración de la rosquilla formada con los dedos no la mortificó tanto como otros días. El gusto de conjurar aquel gran peligro y de librarse de acreedor tan antipático, no le permitía fijarse en exterioridades más o menos cargantes. Abreviando la sesión lo más posible, se despidió. ¡Las humillaciones de aquel día la tenían tan nerviosa...!

Lo único de él que la mortificó verdaderamente, fue el privarla, y privar a todos los de su casa, de ir a hacer un rato de compañía a don Celso y ver cómo andaba de salud.

Por amor del cielo, mi señora Doña Blanca, yo no por quién conjurar á V., en nombre de quién suplicarle, que no involucre las cosas, que no me oiga con prevención, que atienda al bien de su hija, y que no dude de que yo vengo aquí, la molesto con mi presencia y la mortifico con mis palabras, sin prevención también, y sólo por el deseo de ese bien impulsado. ¿Cómo he de condenar yo el santo temor de Dios, el menosprecio del mundo, si es razonable, y la humildad cristiana, que nos lleva á desconfiar de nuestra flaca y pecadora naturaleza?

Vi que, en efecto, sería inútil insistir, pues su cara había tomado una expresión de dulce resolución, contra la cual se veía que no prevaldría ningún esfuerzo. Y, como se trataba de Luciana, aquella resistencia me mortificó.

Parecía que iba a saltar la sangre de sus tersas mejillas. A la prendera le hacía extremada gracia aquel rubor: para gozar más de él le mortificó todavía algún tiempo. Al fin echó mano al portamonedas. Pero Godofredo la detuvo dirigiendo una mirada de susto a la mesa de sus antiguos amigos. No; aquí no, señora. Hay muchos curiosos. ¿Quiere usted salir a la calle un momento? Con mucho gusto.

El curador que en el testamento le dejaba era su tío Bernardo, elección que le mortificó un poco, porque jamás había logrado simpatizar con él. El temperamento inquieto y el espíritu sarcástico del sobrino se compadecían muy mal con la gravedad y el sosiego y el perfecto equilibrio intelectual y moral del tío.

A Leocadia le mortificó el suceso más que a su madre, pero de otro modo. Mientras Pepe se limitó a trocar la clase por el destino del Senado, decía: «A mi hermano le han empleado» y en el tono con que lo pronunciaba descubría algo de amor propio satisfecho.

Habiendo mostrado éste una muy natural reserva en renovar sus visitas a la joven pareja, el pintor le dirigió reproches y lo mortificó a este respecto de una manera hasta enojosa; de todas las involuntarias torpezas en que incurrir pudo ante los ojos de su mujer nuestro pintor, no fue ésta la que menos dejó de chocarle, porque olvidando que Jacques ignoraba en absoluto el recíproco secreto de ella con Pierrepont, vio en la insistencia de su marido para atraer al marqués al domicilio conyugal una falta de tacto, una inhabilidad peligrosa, y lo que es más, un rasgo de maldad con respecto a ella. ¡Cómo! ¡cuando ella misma agotaba voluntad y valor por expulsar para siempre de su alma el pensamiento de ese hombre, que tanto había amado, era su propio marido quien se lo traía de la mano imponiéndole su presencia turbadora!

A menudo, independientemente del renovado y repentino afecto que me inspiras y de las otras consideraciones que dejo expuestas, me aflijo y me mortifico haciendo lamentables pronósticos.