United States or Canada ? Vote for the TOP Country of the Week !


A las nueve de la noche entramos en Atimonan; de este á Gumaca hay 21,50 km. Atimonan se llamaba en lo antiguo un llano que se extiende en una ensenada de las costas de Lamon; y en aquel sitio se resguardaron por los años de 1635 los pocos seres que pudieron escapar de las llamas de Cabullao, pueblo que fué reducido á cenizas por los piratas moros.

Tras tremenda lucha, en la que los moros iniciaron varias veces la retirada, y cuando no quedaba un solo hombre útil en el champán, Marmolejo fué hecho prisionero por Corralat; admirado este caudillo del valor temerario del castellano, le concedió la vida y la libertad sin exigirle rescate; liberalidad que contrasta con la orden de Corcuera para que Marmolejo fuese inmediatamente decapitado en Zamboanga.

Excúsase D. Alvaro con decir que lo dejó, temiéndose de los moros de la isla no cargasen sobre nosotros al retirar, no sucediendo bien la salida, y los turcos por la otra parte, de manera que no pudiésemos resistir á todos.

Aquel hombre singular, que sólo vivía por Dorotea, que por Dorotea era capaz de todos los crímenes y de todas las grandezas; de matar y de morir, lloró cuando estuvo fuera de la casa, atravesando entre la obscuridad de la noche las estrechas calles de la villa hacia Puerta de Moros. Cuando llegó vió paseándose delante de la cruz á un hombre. Se acercó á él y le dijo: ¿Esperáis á una persona? .

En aquel tiempo vino el noble señor D. Alfonso por gracia de Dios rey daragon, compte de Barcelona et marqués de Proenza a da quel lugar que hera de Santa María de la villa vieja de Teruel con buena gent et de grant esfuerzo de tener frontera contra los moros. Et el dito señor Rey tractaba et ordenaba entre si pudiese en esta comarca hacer una villa.

Muchas familias de rancia nobleza habían guardado la propiedad feudal, las grandes extensiones adquiridas por sus ascendientes, con sólo galopar, lanza en ristre, matando moros.

Con razón le llamaban paraíso sus antiguos dueños, aquellos moros cuyos abuelos, salidos de los mágicos jardines de Bagdad y acostumbrados a los esplendores de Las mil y una noches, se extasiaron sin embargo al ver por primera vez la tierra valenciana.

Las escenas amorosas terminaban por lo regular con tan imprevistos incidentes, como imprevistas eran las resoluciones de los consejos y el éxito de las miles de empresas. Excuso decir que en los combates los descalabrados eran siempre los moros, por más razón que tuviesen, no amparándoles ni aun la poderosísima de ser á veces más los malos que los buenos.

Con tales pensamientos, el patriotismo no era para más que el orgullo de pertenecer a aquella casta de matadores de moros.

Partida 2.ª, tit. «Los setarios secuaces de Mahoma, dice Marmol Carvajal, propiamente deben ser llamados con dos solos nombres alárabes ó agemes: los alárabes son los originarios, y los agemes los advenedizos que de otras naciones y provincias abrazaron su opinion»...«Los mauros, fenicios ó cartagineses, como los quisiéremos llamar, que escaparon de la ira de los romanos, derramándose por Africa entre los penos, constituyeron señorío en algunas partes, especialmente en las Mauritanias, y dellos vienen los que agora llaman azuagos; y porque así estos como los otros mauros de Fenicia abrazaron la seta de Mahoma en el número de los agemes, el vulgo cristiano los llama comunmente á todos moros; y así los que lo son se honran mucho de aquel nombre, entendiendo por mucelemines, que es el nombre que ellos tienen por epíteto de santimonia, interpretado hijos de salvacion.