United States or American Samoa ? Vote for the TOP Country of the Week !


Será muy frugal nuestro almuerzo, Horn. Yo tengo tres galletas. Y yo dos. ¿Y vos, Capitán? Mi pipa. Pues nosotros, ni eso dijeron Hans y el chino. Pues no moriremos de una indigestión, de seguro dijo el piloto, que no perdía su buen humor.

Todos contestaron a una voz: Las salvaremos o moriremos con ellas. Y no olvidéis decir a Divès que permanezca en el Falkenstein hasta nueva orden. Esté usted tranquilo, señor Juan Claudio. ¡Pues en marcha, doctor, en marcha! exclamó el valiente guerrillero. ¿Y usted, Hullin? dijo Catalina. Mi sitio es éste; hay que defender la posición hasta la muerte.

Según él, Cuba nos produce tanto, que el día en que la perdamos, casi todos los españoles nos moriremos de hambre ó poco menos. Por interés y no por punto de honra, anhelamos, pues, conservar á Cuba. El Sr. Merchán no quiere comprender ó no comprende, que, hasta prescindiendo del interés y del punto de honra, la conservación de la grande Antilla nos importa mucho.

4 Si hablaremos de entrar en la ciudad, por el hambre que hay en la ciudad moriremos en ella; y si nos quedamos aquí, también moriremos. Vamos, pues, ahora, y pasémonos al ejército de los Siros; si ellos nos dieren la vida, viviremos; y si nos dieren la muerte, moriremos.

15 Y acabado el dinero de la tierra de Egipto y de la tierra de Canaán, vino todo Egipto a José diciendo: Danos pan: ¿por qué moriremos delante de ti, por haberse acabado el dinero? 17 Y ellos trajeron sus ganados a José; y José les dio alimentos por caballos, y por el ganado de las ovejas, y por el ganado de las vacas, y por asnos; y los sustentó de pan por todos sus ganados aquel año.

No se hizo este regalo, nuestra ama, pa la boca de los probes. Ni sabemos gustarlo, ni sabemos estimarlo. Pero ya no nos moriremos sin probar cómo sabe el vino de los ricos.

Ellas y yo moriremos sin habernos vuelto á ver. Eso es lo que me desgarra el corazón, Cristián; acepto mi miserable suerte, me resigno á sufrir, pero no á que sufran los que amo. Dejó caer la cabeza hasta las rodillas y así, con el cuerpo enflaquecido, encorvado en su sayal de tosco lienzo, se echó á llorar como un niño.

I si la fortuna mira con agradable i risueño semblante á los enemigos i nos arrebata los laureles de la victoria, morirémos matando. Vosotros sois los descendientes de aquellos godos terror de Roma: vosotros sois los descendientes de aquellos godos espanto i admiracion del orbe: vosotros en fin sois la flor i la gloria de España.

Ni usted ni yo nos moriremos tan pronto, porque aún hemos de dar mucha guerra le dijo la criada, disponiéndose con gran diligencia a darle de comer.

«Querida mía le dijo Maxi moviendo mucho la cabeza y los músculos de la cara, señal de una fuerte excitación nerviosa ; los dos moriremos después que hayamos cumplido nuestra misión. Y para que te penetres bien de la tuya, te voy a decir lo que he sabido por revelación celestial». Fortunata se preparó a oír el gran disparate que su marido anunciaba, y puso una carita muy gravemente atenta.