United States or Greece ? Vote for the TOP Country of the Week !


Parte no menos activa tomó en la guerra fratricida que llenó de luto a las familias de España: no queremos recordar hechos que para bien de unos y otros quisiéramos ver borrados del universal libro de la Historia; consignemos solo que en los dos bandos diéronse pruebas de valor y hubo verdaderos héroes; como también hubo distinguidas heroínas en la provincia de Teruel; tal fue en Montalban Manuela Cirugeda, de veintidos años, hija de la misma villa, que sirvió en el sitio de esta como el nacional mas denodado, corriendo los puestos de mayor peligro, hasta del cansancio y las fatigas, se le originó una enfermedad, de que sanó en la sala de distinguidos del hospital de Zaragoza; tal fue, por último, la heroína de Monreal del Campo, Francisca Latorre, de cuarenta y un años, que mereció y obtuvo la Cruz de San Fernando por su heroico comportamiento.

El Duque mandó soltar todos los prisioneros y volverles lo que les habían tomado, y envió con su secretario Monreal al jeque, siete esclavos negros que se habían huído de sus amos para venir á ser cristianos. Paresció mal á todos, porque cuando quisieran complacer al jeque y á sus dueños, pudieran pagárselos.

Esto dice Gerónimo de Zurita. Los judíos que caminaron á Tortosa para hallarse presentes en esta famosa disputa fueron seis de Zaragoza llamados Zarachias Levita, Vidael Benvenista, M. Mathatías Izahari, Macaltiob, nasi ó príncipe de los judíos españoles, Samuel Levita, i M. Moisés: uno de Huesca llamado Todros, i dos de Alcoy cuyos nombres eran Josef hijo de Aderet i Meir Galigon: de Daroca Astruch Levita: de Monreal M. Josef Albo: de Monzon Josef Levita i M. Jomtob Carcosa: de Montalban Abuganda: de Blesa Joseph Abbalegh, Bongosa i M. Todros, hijo de Jecht el de Gerona.

Después de haber hecho muchas visitas el secretario Monreal al jeque, trajo los capítulos del concierto, y contenían que los moros de la isla diesen á S. M. cada un año, en reconocimiento de vasallaje, 6.000 doblas y ciertos halcones, y con ellos otros animales pequeños del tamaño de cabras salvajes, que tienen la piel pintada, á manera de gamos.

Reciban desde las pobres páginas de esta nuestra humilde Historia, el tributo de la mas entusiasta admiración y gratitud, los aragoneses contemporáneos nuestros que no se dan punto de reposo en honrar con su pluma o con su palabra el noble país en que nacieron, entre los que figuran los nombres de D. Gerónimo Borao, Don Manuel Andreu, D. Manuel Lasala, Don José Nadál, D. Bienvenido Comin, Don Mauricio Martínez, D. Bartolomé Martínez, D. Vicente Ventura, D. José Puente, D. Narciso Ena, D. Custodio, Don Mariano y D. Vicente Carderera, D. Angel Gallija, D. Tomás Lalaguna, D. José María Huici, D. Esteban Gabarda, D. Miguel Ferrer, D. Joaquin Mateo, D. Martín Sanchez, D. Leon Ros, y D. José Ríos y una distinguida pléyade de jóvenes aragoneses en cuyo número se cuentan D. Eusebio Blasco, D. Joaquin Tomeo, D. Martín Villar, D. Pablo Gil, D. Juan Clemente Cavero, D. Joaquin Marton D. Agustin Paraiso, D. Julio Monreal, D. Joaquin Gil Verges, D. Mariano Viscasillas, D. Eugenio Borao, D. Francisco Codera, D. Constantino Gil, Don Juan Pablo Solér, D. Francisco Navarro, D. Santos Pina, D. Bruno Solano, el vizconde de Torres-Solanot, D. Iñigo Figueras, D. Cándido Campo, Don Marceliano Isabal, D. Leon Abadías, D. Mariano Supervia, D. Antonio Aparicio, D. Mariano Baranda, D. Pedro Andrés Catalan, D. Andrés Cabañero, D. Joaquin Torres, D. Mariano Martín, D. Pedro Pomar, D. Elías Vicente, D. Filomeno Cueva, y, en fin, otros muchos jóvenes que nos dispensarán si no les nombramos por sernos infiel la memoria al entrar en prensa estas páginas, y que todos dan y esperamos que darán días de gloria al país aragonés.