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No olvides que Alba, propietario de cuantiosos bienes, ha gastado una mitad de ellos en los llamados «sports», que nos traen las modas de Inglaterra. Tampoco te aconsejaría que esperes aumentar tus caudales, como Montesclaros, uniéndote a la heredera de algún rico comerciante bilbaíno. Esa gente no participa de nuestros sentimientos, no es capaz de desinterés ni de delicadeza.

Torres Naharro. Aparato escénico en la primera mitad del siglo XVI. Dramas religiosos de esta época. Traducciones é imitaciones de tragedias y comedias antiguas. Si las últimas producciones dramáticas de Gil Vicente alcanzan hasta la mitad del siglo XVI, las del poeta, de quien vamos á tratar ahora, nos obligan á retroceder algunos decenios.

Irguiéndose en medio de su hermoso parque, a mitad de camino entre King's Pyon y Dilwyn, Mayvill Court era, y lo es todavía, uno de los puntos de campo dignos de verse. Era una mansión ideal hereditaria.

Tomadas estas precauciones, me llevó a la terraza. El tiempo había aclarado. La alternativa de sol y lluvia y la temperatura notablemente dulce, aunque habíamos pasado ya la mitad del mes de noviembre, eran muy apropiadas para alegrar los espíritus vinculados al campo por todo género de intereses. La jornada, muy nebulosa al mediodía, terminaba en una tarde de oro.

Y en este apuro, cuando veía su empresa próxima al fracaso, Martín Alonso Pinzón, el rico de Palos, el armador, que podía descansar para siempre de las penalidades del Océano, se ofreció con gallardo arranque a interesarse en la expedición y aventurar en ella parte de sus bienes, la mitad de lo que habían dado los monarcas.

Bob obedeció y Salomón entró tocando, porque por nada del mundo quería detenerse a mitad de un aire. Aquí, Salomón dijo el squire con un tono alto y protector . Aquí, mi viejo. ¡Ah! ya sabía yo que tocabais «El pequeño labrador de cabellos rubios». No hay aire más hermoso.

¡Había de haber sido una monja! dijo Quevedo cuando se certificó del estado mental de Francisco Montiño. Un mozo entretanto trajo la empanada. Quevedo sirvió la mitad de ella á Montiño. Este cortó maquinalmente un pedazo de masa, y lo llevó á la boca. Bastó esto para que volviese de su fascinación. ¿Qué es esto? dijo . ¿Quién es el hereje que ha hecho este pastel? Y escupió el bocado.

R. En la ciudad sólo dos mocitos: uno es clérigo cura, otro es religioso de Catamarca. En la provincia, cuatro más. P. ¿Hay grandes fortunas de a cincuenta mil pesos? ¿Cuántas de veinte mil? R. Ninguna; todos pobrísimos. P. ¿Ha aumentado o disminuído la población? R. Ha disminuído más de la mitad. P. ¿Predomina en el pueblo algún sentimiento de terror? R. Máximo. Se teme aun hablar lo inocente.

Estos expedicionarios no hallaron á nadie en el convento ni en sus alrededores, pero grandes manchas de sangre en el lugar en que dejaron dormidos á sus compañeros.....; y apelando á su vez á las represalias, pusieron fuego al Monasterio, cuya parte más monumental y preciosa quedó completamente destruída, salvándose la iglesia, el Noviciado y las habitaciones que se construyeron para albergue de Carlos V. Es decir, que pereció todo el Convento Nuevo, edificado, como dijimos, á mitad del siglo XVI.

Es el último grande hombre de la Edad Media, el nieto de los alquimistas, de los viajeros maravillosos, de los sabios rabínicos, de los navegantes árabes, de los iluminados cristianos, que abre a la vida moderna la mitad del planeta para que se ensanche. A me conmueven sus candideces y sus ignorancias cuando va por el mundo nuevo viendo en todas partes los vestigios del mundo antiguo.