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Al movimiento de las pisadas en el suelo, los dos chinitos comenzaban a saludar amablemente, y parecían rivalizar en zalamerías. Cuando me dejaban entrar en la sala, me pasaba el tiempo mirándolos y diciendo: Abuelita, ahora dicen que , ahora que no. Ahora , ahora no. Mi abuela poseía también un loro, Paquita, que dominaba el diálogo y el monólogo. Se le preguntaba: Lorito, ¿eres casado?

8 Mas él sabía los pensamientos de ellos; y dijo al hombre que tenía la mano seca: Levántate, y ponte en medio. Y él levantándose, se puso en pie. 10 Y mirándolos a todos alrededor, dice al hombre: Extiende tu mano. Y él lo hizo así, y su mano fue restituida sana como la otra. 11 Y ellos se llenaron de rabia; y hablaban los unos a los otros qué harían a Jesús.

Sentados en torno una docena ó más de toscos bebedores, quienes al ver á Roger prorrumpieron en voces tales que éste se quedo indeciso, mirándolos á través del humo que llenaba el local. ¡Otra tanda, otra tanda! gritó un gandul zarrapastroso. ¡Venga mi cerveza y que pague la tanda el recienllegado!

Su júbilo rayó en paroxismo al momento que, tendiendo la mano abierta, encima de cada dedo fue el señor Rosendo calzándole una torre de barquillos: quedose extasiada mirándolos, sin atreverse a abrir la boca para comérselos. Estando en esto, el alférez volvió casualmente la cabeza y divisó del otro lado de los bancos un rostro de niña pobre que devoraba con los ojos la reunión.

Venían de merendar en las Ventas y paladeaban la última alegría del vino barato, la tortilla de escabeche y la contemplación del mísero paisaje de las afueras, más abundante en techos de cinc, polvo y pianos de manubrio que en aguas y árboles. ¡Qué rabia me da esta gente! decía Teri mirándolos con hostilidad y evitando su contacto . No, rabia no; ¡pobrecitos!

Sabía Lituca ya, por consejo mío, hallar la perspectiva de esos cuadros mirándolos por el embudo hecho con una mano; y mirando así aquel interior, se quedó maravillada y prorrumpió en las exclamaciones más extremosas. Conocía yo aquel teatro y aquel drama, y había visto a mi sabor la realidad de aquella pintura que tanto le entusiasmaba.

4 Y les dice: ¿Es lícito hacer bien en sábados, o hacer mal? ¿Salvar la persona, o matarla? Mas ellos callaban. 5 Y mirándolos alrededor con enojo, condoliéndose de la ceguedad de sus corazones, dice al hombre: Extiende tu mano. 6 Entonces saliendo los Fariseos, tomaron consejo con los herodianos contra él, para matarle.

Cecilia, pálida, con la frente apoyada en una mano, reflexionaba en silencio, y yo, mirándolos a todos, calculaba que la situación era admirable, y esperaba con inquietud el rumbo que tomaría, y, sobre todo, el desenlace que llegaría a tener. El general fue el primero que rompió el silencio, tarareando una canción que le había entusiasmado.

Esta potencia, que es la mas superior de la mente, la mas estimable, y la que mas se debe cultivar, tiene por objeto inmediato los actos de las otras potencias ya explicadas, de modo que mirándolos juzga sobre ellos.

Porque él no es ningún mocito... ¡Ah, gallego tigre!... En las inmediaciones del fumadero estaban sentados unos cuantos de la banda, y al verles venir cambiaron miradas y toses. Ojeda se irguió arrogante, cual si presintiera un peligro. Pasó mirándolos con ojos de provocación, pero todos parecieron ocupados de pronto en importantes reflexiones que les hacían bajar la frente, y no se fijaron en él.