United States or Libya ? Vote for the TOP Country of the Week !


Del gabinete de la derecha salió un gato blanco, gordo, de cola opulenta y de curvas elegantes; se acercó al sofá paso a paso, levantó la cabeza perezoso, mirando a la Regenta, dejó oír un leve y mimoso quejido gutural, y después de frotar el lomo familiarmente contra la sotana del Provisor, salió al pasillo con lentitud, sin ruido, como si anduviera entre algodones.

Por la casa de los huérfanos soplaba un viento tormentoso que la había removido por completo. Raimundo, abandonando en absoluto sus estudios y costumbres metódicas, se había lanzado con ardor de neófito a los placeres mundanos. Su hermana, aterrada por este cambio, le hizo suavemente algunas advertencias, sin resultado. El joven se enfadaba como niño mimoso.

Últimamente, y cuando residía en el establecimiento de Socartes, tenía un toy terrier que por encargo le había traído de Inglaterra Ulises Bull, jefe del taller de maquinaria. Era un galguito fino y elegante, delicado y mimoso como un niño. Se llamaba Lili, y había costado en Londres doscientos duros.

Cuando Álvaro, creyendo bastante cargada la mina, suplicó que se le dijera algo, por ejemplo, si se le perdonaba aquella declaración, si se le quería mal, si se había puesto en ridículo... si se burlaba de él, etc., Ana, separándose del roce de aquel brazo que la abrasaba, con un mohín de niña, pero sin asomo de coquetería, arisca, como un animal débil y montaraz herido, se quejó... se quejó con un sonido gutural, hondo, mimoso, de víctima noble, suave.

A él le salvó su naturaleza, francamente refractaria a vivir bajo fanales. Nunca fue niño mimoso ni asombradizo, aunque muy avaro del calor del hogar y de la familia.

Jacinta fue a buscar la manta. Por el camino decía: «En Sevilla me contó que había hecho diligencias por socorrerla. Quiso verla y no pudo. Al ponerle la manta le dijo: «Abrígate bien, infame»; y a Juanito no se le ocultó la seriedad con que lo decía. Al poco rato volvió a tomar el acento mimoso: «Jacintilla, niña de mi corazón, ángel de mi vida, llégate acá.

El doble resultado de todo esto es que la tranquilidad no es ya fruta de mi huerto, y que, además, los viajes a la casa de Dios van dejando la mía sin barrer. El celo mimoso y lleno de pequeños cuidados con que antes se atendía a mi padre, es hoy prisa por acabar pronto de servirle y correr a lo que Tirso recomienda.

Al poco rato «su espíritu se fue identificando con la guitarra». La guitarra, para Bonis, era a los instrumentos de música lo que el gato a los animales domésticos.... El gato era el amigo más discreto, más dulce, más perezosamente mimoso.... la guitarra le acariciaba el alma con la suavidad de la piel de gato, que se deja rascar el lomo.

Los que habían comprado á la señora salieron de la tienda y entraron en un coche de lujo. ¡Cómo reían los tunantes! Hasta el más pequeño, que era el más mimoso, se permitía tirar de los brazos á la desgraciada muñeca, á pesar de tener él para su exclusivo goce variedad de juguetillos propios de su edad. Las personas mayores también parecían muy satisfechas de la adquisición.

El gato, espeluznado, la rondaba mimoso, y ella, lentamente, le pasaba la mano por el lomo. Ya no estaban los cielos azules, ni los campos verdosos, ni las horas doradas por el sol. La tarde, cargada de tristezas, subía por el valle con trabajo, luchando con la neblina y con la lluvia.