United States or Côte d'Ivoire ? Vote for the TOP Country of the Week !


» Ya te lo he dicho antes, Amaury: esa separación la exige tu carrera y yo acato esa exigencia con la abnegación debida. »Yo estaba cada vez más sorprendido, sin acertar a explicarme en modo alguno una serenidad y una sensatez como aquéllas en una niña tan mimada y caprichosa como Magdalena; pero ni interrogándola ni pidiéndole toda suerte de explicaciones, pude lograr esclarecer el misterio.

Con tales ideas respecto a sus nuevas, o mejor dicho, renovadas amigas, la Condesa de San Teódulo se deshizo en amabilidades. Beatriz estuvo en la tertulia encantada y encantadora. Satisfecha de verse atendida y mimada por todos, desechó la cortedad y tomó la tierra, como si hiciera ya años que asistiese en aquellos salones.

A fe de hombre honrado respondió la aludida, lo prometo. Y la incorregible niña mimada se repantigó cómodamente en un sillón para escuchar mejor. Francisca asegura que su moral no está a gusto más que cuando su físico no sufre ninguna molestia. «Pedro Marcelier, Registrador de la Propiedad en Santa Rosa, a una persona desconocida. »Caballero o señora: »Empiezo por presentarme.

Era la niña mimada de los maridos en perspectiva, que en mis hermosos ojos, veían brillar mi dote; la niña mimada de los bailarines, a quienes mi coquetería divertía, y confieso en voz baja, muy baja, que sentía una felicidad inmensa en jugar con los corazones y en metamorfosear las cabezas en veletas. ¡Oh, coquetería, qué encanto en cada letra de tu nombre!

Las dos hermanas casadas, Candelaria y Benigna, iban alguna vez, Jacinta casi siempre; pero se divertía muy poco. Aquella mujer mimada por Dios, que la puso rodeada de ternura y bienandanzas en el lugar más sano, hermoso y tranquilo de este valle de lágrimas, solía decir en tono quejumbroso que no tenía gusto para nada.

¿No es verdad que mi idea es profunda? exclamó Jacobo, cegado por la vanidad de orador, que era la más grande y la más mimada de todas sus vanidades.

Llamo a un jardinero, le encargo un ramillete, y... ¡listo! De noche me quedaba en casa, conversando con la enferma o charlando con Angelina. Ella y tía Pepa hacían sus flores, y yo hojeaba un libro o leía para . ¡Lea usted en voz alta! solía decirme la doncella. Lea usted algo bonito.... ¿La vida del santo del día? ¡No! contestaba en tonillo suplicatorio, haciéndome un mohín de niña mimada.

Sabes, abuela, que no todo el mundo descubre la belleza moral... mientras que un lazo rosa... Niña mimada suspiró la abuela, no quieres comprender qué feliz sería yo viéndote casada con un buen marido y... ¡Oh! abuela querida supliqué, soy tan feliz a tu lado... No me eches de aquí, te lo ruego...

Querida en extremo por su madre, adorada por su marido, que, no gustando de la sociedad, le daba, sin embargo, una libertad sin límites, porque ella era virtuosa y él confiado, era la condesa en realidad una niña mimada. Pero, gracias a su excelente carácter, no abusaba de los privilegios de tal. Sin grandes facultades intelectuales, tenía el talento del corazón; sentía bien y con delicadeza.

Cuando ya no hubo nada que decidir entre todos levantose el doctor y con un ademán indicó a Amaury que le siguiese: Desde hoy, niña mimada, atrévete a estar enferma, y verás cómo te las entiendes conmigo dijo a su hija al disponerse a salir. Gracias a usted, hoy entro en convalecencia, y ya considero que he recobrado la salud de un modo definitivo. ¡Qué bueno es usted, papá!