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Contó los billetes que le habían dado los altos empleados con una sonrisa amarillenta y opaca. Cuatrocientos de á mil. Se salían de su bolso de mano y del bolso de Valeria. Hasta su amiga «la Generala» tuvo que prestarle ayuda, guardando varios fajos. Si no cierran los hago saltar dijo con la vanidad de los triunfadores.

24 Porque Ezequías rey de Judá había dado a la multitud mil toros y siete mil ovejas; y también los príncipes dieron al pueblo mil toros y diez mil ovejas; y muchos sacerdotes se santificaron.

El hombre que no tiene mas guia que su corazon, es el juguete de mil inclinaciones diversas, y á menudo contradictorias: una lijerísima pluma en medio de una campiña donde reinan los vientos, no lleva las direcciones mas variadas é irregulares. ¿Quién es capaz de contar, ni clasificar, la infinidad de sentimientos que se suceden en nuestro pecho, en brevísimas horas? ¿Quién no ha reparado en la asombrosa facilidad con que se pasa de la viva afición á un trabajo, á una repugnancia casi insuperable? ¿Quién no ha sentido simpatía ó antipatía, á la simple presencia de una persona, sin que pueda señalarse ninguna razon de ello, y sin que los hechos ofrezcan en lo sucesivo motivo alguno que justifique aquella impresión? ¿Quién no se ha admirado repetidas veces de encontrarse transformado en pocos instantes, pasando del brio al abatimiento, de la osadía á la timidez ó vice-versa, sin que hubiese mediado ninguna causa ostensible? ¿Quién ignora las mudanzas que los sentimientos sufren con la edad, con la diferencia de estado, de posicion social, de relaciones familiares, de salud, de clima, de estacion, de atmósfera?

¿Ya no te he dicho -respondió don Quijote- que quiero imitar a Amadís, haciendo aquí del desesperado, del sandio y del furioso, por imitar juntamente al valiente don Roldán, cuando halló en una fuente las señales de que Angélica la Bella había cometido vileza con Medoro, de cuya pesadumbre se volvió loco y arrancó los árboles, enturbió las aguas de las claras fuentes, mató pastores, destruyó ganados, abrasó chozas, derribó casas, arrastró yeguas y hizo otras cien mil insolencias, dignas de eterno nombre y escritura?

De este modo vino a mostrarse complacidísima con la salida próxima, y dijo mil cosas oportunas acerca de los muebles, de la vajilla y hasta de la batería de cocina.

Regalo son de los ojos, haciéndolas menos densas y bordando de la noche las misteriosas tinieblas: un luminoso suspiro de la luna macilenta; ¡del astro que lejos muere la despedida postrera! la luz temblorosa y pura de mil millares de estrellas que errantes chispas encienden sobre las ondas serenas; huyendo de los esquifes, murmurándoles sus quejas, fosforescentes espumas por irritadas más bellas; nieve, purísima nieve, dormida en las aguas quedas y que azoran, de los remos, las sacudidas violentas: destellos que multiplican las armas de los cincuenta que van a Máctan, del Régulo a vengar la grave ofensa, y que en la costa enemiga marcaran, antes, sus huellas, de que las nocturnas sombras avergonzadas por feas, se escondan viendo del alba la blanca faz hechicera.

22 El pequeño [será] por mil; el menor, por gente fuerte. Yo, el SE

Luego, la de Delille había vuelto sola por segunda vez, para hacerle varias consultas sobre su porvenir, desprovistas todas ellas de buen sentido, y aceptar finalmente un préstamo de cinco mil francos.

No lo que me digo.... Quiero decir.... Señores, mi mujer está loca.... Yo creo que está loca.... Lo he dicho mil veces.... El caso es... que cuando yo creía tenerla dominada, cuando yo creía que el misticismo y el Provisor eran agua pasada que no movía molino... cuando yo no dudaba de mi poder discrecional en mi hogar... a lo mejor ¡zas! mi mujer me viene con la embajada de la procesión.

Y exhaló un profundo suspiro como si le hubiera costado mucho decir aquello. ¡Mil truenos! ¡Adivinas bien, chicuela! dijo papá amenazándola con el dedo. Ella nada contestó, y con su paso lento y cansado se dirigió hacia la puerta; en toda la tarde nadie la volvió a ver. Por mi parte, la visita del primo me dejaba bastante indiferente.