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Con su tartana y sus rocines de alquiler, hizo un gran agosto en aquel mes de julio Patafullera, un mesonero cojo de la villa, que vivía de esas y otras industrias más o menos honradas.

Si trato de indagar la influencia que pueden tener las estaciones sobre los nacimientos, encuentro el resultado en la siguiente planilla. Estado comparativo de los nacimientos, por mes, de la provincia de Moxos, en los años de 1828, 1829 y 1837.

Llegó el mes de julio. La generala Bembo se fue huyendo del calor a Biárritz. Miguel no la siguió al instante, porque tenía que llevar a su madrastra y hermana a Santander; pero convino con ella en ir a pasar el mes de agosto a Pasajes, donde D. Pablo había tenido el capricho en otro tiempo de edificar una magnífica casa de campo.

En el mismo mes de Julio, se presentó en Cavite el almirante acompañado del General Anderson, y despues de los saludos de cortesía, me dijo: Ha visto V. confirmado todo cuanto le he dicho y prometido. Qué bonita es vuestra bandera. Tiene un triángulo y se parece á la de Cuba. Me dará V. una de recuerdo cuando yo regrese á América?

Los cosacos ajustarán las cuentas á esos bandidos terminaba diciendo con absoluta seguridad . Antes de un mes habrán entrado en Berlín. Y su público, compuesto en gran parte de mujeres, esposas ó madres de los que habían partido á la guerra, aprobaba modestamente, con el deseo irresistible que todos sentimos de colocar nuestras esperanzas en algo lejano y misterioso.

Había oído rumores. ¿Se haría en alza la próxima liquidación? ¿No sería mejor liquidar en el momento con treinta céntimos de ganancia que aguardar a fin de mes?" Para ella las palabras de Salabert eran las del oráculo de Delfos. La fama inmensa del banquero la tenía fascinada.

Aquella mañana madrugó don Alejandro casi tanto como el sol, y eso que era el de los días más largos del mes de junio, de los «de por san Juan». No había pegado el ojo en toda la noche; y no por miedo a los ladrones ni por extrañar la cama, sino por la comezón de la pícara curiosidad, que le tuvo en vilo.

Dieron las seis, recogí algunos papeles que tenía yo en el cajón de la mesa, las gracias a Castro Pérez por sus bondades para conmigo, y me lancé a la calle. Aquellos veinte días fueron muy amargos para . ¡Más de medio mes sin ganar un peso!

Pero yo, por facilitar más el negocio y por no dejar de la mano tan buen hallazgo, le truje a mi casa, donde en poco más de mes y medio la tradujo toda, del mesmo modo que aquí se refiere.

Hospedóse en el Alcázar desde el mencionado día á las cinco de la tarde, hasta el lunes 24 del mismo mes, acudiendo á todos los gastos el Sr. Juan Assiayn Ugalde, Tesorero de los Alcázares, con intervención de Agustín Bolaños, Veedor, Contador del Rey y así mismo contador del Conde Duque, por cuyo mandato se dispuso todo.