United States or Svalbard and Jan Mayen ? Vote for the TOP Country of the Week !


Corrió la voz de que, a las dos de la tarde, don Diego sería sacado de la Alhóndiga. Aquel edificio correspondía como prisión a los nobles y se levantaba entre la torre del Homenaje y la del Alcázar, por la parte de afuera, frente al Mercado Grande.

Se hacía tarde; si permanecía allí charlando, no encontraría nada; lo mejor del mercado se lo habrían llevado otros. A la obligación: hasta la vista, Rafaelito.

Sus aguas son surcadas de contínuo por frágiles embarcaciones que transportan los productos de unas á otras islas, sosteniendo un activo tráfico de cabotaje, que reuniendo las mercancías en los puertos de Cebú, Ilo-Ilo y otros menos importantes, los ponen en condiciones de abastecer el gran mercado del Archipiélago, Manila, y exportar directamente al exterior enormes cantidades de azúcar, café, cacao, abacá, tabaco y otra infinidad de productos que por su bondad son tenidos en grande estima.

Tras un estudio de mercado que demostraba que los libros eran los mejores "productos" para poner a la venta en la red, Amazon.com empezó con diez empleados y tres millones de artículos. Pero eso no fue una buena noticia para las pequeñas librerías. La librería Ulysses está situada en París, en la Isla Saint-Louis.

El Mercado le atraía los domingos en las primeras horas de la mañana, e iba a lucir sus arreos entre los puestos de las floristas.

Vaya, vaya, vaaaaya con el señorito Octavio... ¿Y qué vientos corren por la villa, señorito? Nosotros, los curas de aldea, no sabemos nada de lo que pasa en el mundo hasta que llega el día del mercado. Pues lo mismo de siempre, señor cura: nada ocurre de particular. ¿Qué se sabe de la separación del promotor fiscal? No tenía noticias hasta ahora de que...

Después volvían, lamentándose de la decadencia del chalaneo. Había que esperar las grandes ferias del verano. En el mercado de Madrid apenas se veían compradores; todos eran gitanos... ¡y cómo iban a engañarse entre ellos!...

De pronto se detuvo tía Pepa y, sonriendo, nos dijo: ¡Bonita figura! ¡La vieja siguiendo a los galanes! Angelina quiso desenlazar su brazo; pero yo no lo permití. Encontramos nuevos grupos que iban a toda prisa, sin duda para ganar puesto en la capilla. En una esquina topamos con unos «nacateros» que se dirigían al mercado, muy cargados con grandes piezas de carne sanguinolenta.

Pero mira, madre, ¡cuántas gentes extrañas, y entre ellos indios y también marineros! ¿Para qué han venido todos esos hombres á la plaza del mercado? Están esperando que la procesión pase para verla, dijo Ester, porque el Gobernador y los magistrados han de venir, y los ministros, y todas las personas notables y buenas han de marchar con música y soldados á la cabeza.

Perla, entretanto, se había apartado de su madre y estaba jugando como mejor le parecía en la plaza del mercado, alegrando á aquella sombría multitud con sus movimientos y vivacidad, á manera de un ave de brillantes plumas que ilumina todo un árbol de follaje obscuro, saltando de un lado á otro, medio visible y medio oculta entre la sombra de las espesas hojas.