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Sueño o no, te considero responsable de todos los actos de tu extraña vida de descubridor y navegante. Si me cabe alguna duda es sobre el grado mayor o menor, sobre la intensidad de tus méritos y de tus culpas.

Prescindamos de la mayor o menor antigüedad de la especie humana. Dejemos a la prehistoria, ya fundada en la geología, ya valiéndose del estudio comparativo de los idiomas y de otros primitivos documentos, conceder muchos miles o pocos miles de años a la existencia del hombre en nuestro planeta.

La menor cantidad de bebidas alcohólicas produce pesadez y enerva, y los alimentos escitantes hacen laboriosa la digestion. En fin, á los dolores sucede pronto el abatimiento, la debilidad, contracciones espasmódicas, temblores asténicos, movimientos involuntarios, conmociones de los músculos ó una grande postracion despues del menor ejercicio ó tan solo por la accion de hablar y pensar.

Entonces la astenia y la inmovilidad de los síntomas dominan, escepto algunas ocasiones en que la persistencia de la tos, ciertos dolores y el estreñimiento reproducen la irritabilidad y el eretismo. La cara, sin embargo, está pálida, hinchada, con una espresion enfermiza; la menor emocion, el trabajo mental y el de la digestion congestionan el cerebro con calor y sensacion particular de tension.

Y le aseguro que ha sido una suerte para usted, porque, si este ataque hubiese tenido lugar en verano, cuando las ropas son ligeras, no habría habido la menor esperanza de salvación.

Y la cadena de agentes, de menor á mayor, se perdía en misteriosas alturas que hacían palidecer á Freya, poniendo en sus ojos y en su voz una expresión de supersticioso respeto. Únicamente le era lícito hablar de sus trabajos, y lo hacía discretamente, contando los procedimientos que había empleado, pero sin nombrar á sus colaboradores ni decir cuál era su finalidad.

De allí deducía Ferpierre que esos dos seres se habían unido sin la menor delicadeza de sentimientos, por mero impulso instintivo, solamente por el ansia del placer, y de tan indigna unión podía haber germinado el delito. La confesión de sus relaciones hecha por la joven y confirmada por el Príncipe, ¿agravaba realmente, o mejoraba las condiciones de uno y otro?

Lorenzo Fréitas y algunos otros marinos que, a falta de catalejo, tenían muy perspicaz la vista, aseguraban haber columbrado en la costa de la izquierda vagar hombres salvajes y feroces de descomunal corpulencia. No vacilaban en conjeturar que el menor de dichos hombres era de tan colosal estatura, que de fijo el más alto de cuantos iban en la nave no le llegaría con la cabeza debajo del brazo.

Si esto ha sido por orden del rey nigromante de vuestro padre, temeroso que yo no os diese la necesaria y debida ayuda, digo que no supo ni sabe de la misa la media, y que fue poco versado en las historias caballerescas, porque si él las hubiera leído y pasado tan atentamente y con tanto espacio como yo las pasé y leí, hallara a cada paso cómo otros caballeros de menor fama que la mía habían acabado cosas más dificultosas, no siéndolo mucho matar a un gigantillo, por arrogante que sea; porque no ha muchas horas que yo me vi con él, y... quiero callar, porque no me digan que miento; pero el tiempo, descubridor de todas las cosas, lo dirá cuando menos lo pensemos.

El mundo mayor, toda esa fábrica grandiosa del Universo, dice él que sin su Dios providente le parecería sublime, pero sin orden, ni belleza ni propósito. Y en cuanto al mundo menor, como suele llamar al hombre, tampoco le amaría, si por Dios no fuera.