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Juana, por último, no era sólo sabia y operosa en las artes del deleite, sino que ejercía también, aunque no estaba examinada ni tenía título, un menester o profesión de la más alta importancia social.
El hombre mientras pueda no ha de gobernarse por opiniones, y debe aspirar á la demostracion, para esto es menester que se instruya en los principios fundamentales del saber, que procure conocer las cosas, y formar difiniciones, y divisiones de ellas, que trabaje en descubrir sus causas, y en distinguirlas por sus propios signos, y así de grado en grado ir caminando hasta hermanar sus conceptos con las verdades primitivas.
Para evitar el medio engaño en que le tenía, hubiera sido menester hacerle infeliz con revelaciones feroces y con el más amargo de los desengaños.
Para que ese cuerpo de tropas no fuese gravoso al real erario, era menester buscar un arbitrio para pagarles sus sueldos y demás necesario para que puedan subsistir; y sería el que propondré a la consideración de usted.
Era menester que le diera cuenta de sus costumbres é inclinaciones, las peripecias de su vida, los negocios que había hecho, las reyertas que había tenido, hasta de las palabras que había vertido aquel día al entrar y salir de casa.
Por consolarse decia para sí esta enamorada Babilonia: Menester es que tenga este hombre atestada la cabeza de negocios, pues aun en el lance de gozar de su amor piensa en ellos.
-Eso me parece -respondió el galeote- como quien tiene dineros en mitad del golfo y se está muriendo de hambre, sin tener adonde comprar lo que ha menester.
Fueron menester nada menos que dos siglos de tentativas y de ensayos, con frecuencia infructuosos, para que el arte moderno llegara á resolver satisfactoriamente este problema.
Estos son de dos clases: los que no necesitan demostracion, ó los que la necesitan. Los que han menester demostracion serán imposibles, porque no hay demostracion sin raciocinio, y este en tal caso seria imposible tambien.
Cuando se examina la razon, la razon es quien examina; la razon ha menester reglas, luz; todo exámen pues supone esta luz, la evidencia, y la legitimidad de su criterio. El hombre no se hace á sí propio, se encuentra hecho ya: las condiciones de su ser, no es él quien las pone: se las halla impuestas.
Palabra del Dia
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