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Vuelve con las mismas facciones, el mismo aspecto y el mismo corazon, huye de los gusanos de la tumba y vuelve a aparecer en estos lugares: el que puso un termino a tus dias es quien te llama. ?Es la muerte la que veo? aun brillan los colores en sus megillas; pero reconozco demasiado que no son colores vivientes.

Granada me ha parecido entonces un panteon, y he derramado sobre ella lágrimas que han abrasado mis megillas.

De este modo llegan á la mezquita mayor, y al mismo tiempo que los tristes musulmanes abandonan sus hogares para refugiarse en otras ciudades de Andalucía, los cristianos enarbolan la enseña vivificadora de la redencion juntamente con el estandarte real sobre el enhiesto alminar de Abde-r-rahman An-nasír, donde se invocaba y encomendaba á los cuatro vientos el nombre del falso profeta; y el ejército vencedor entona espontáneamente en su fervoroso entusiasmo el solemne Deus adjuva que acompañan electrizados, con lágrimas de júbilo en las megillas, los cautivos mozárabes redimidos.

Allá van, pues, gozosos y tranquilos: los mancebos renunciando á sus doradas esperanzas, á su brillante porvenir, á la ciencia, á los honores, á la gloria, al amor, á todo lo mundano; las madres despidiéndose para siempre de sus inocentes hijuelos, en quienes se compendian para ellas todos los placeres de la tierra, y estampando en sus rosadas megillas el último beso, que reciben dormidos, ignorantes de su próxima horfandad.

Veamos, é interroguemos, y recojamos con atencion las respuestas. Dime, hermosa africana, ¿por qué estás triste? ¿por qué palidece el ébano en tus lánguidas megillas y se estingue el fuego en tu mirada? ¿No se deslizaban felices tus dias en este encantado y magnífico recinto, descuidados como esas cuentas de coral que por el roto hilo de tu gargantilla caen á ese tapiz de flores?

Allí florecieron, y de aquellas paredes salieron para recibir el martirio, los dos citados esposos; el venerable abad Martin, hermano de Isabel, abadesa del monasterio de mujeres; la vírgen Columba, hermana de ambos, que con su dote habia contribuido á la fábrica del convento, y que luego recibió tambien la corona del martirio; allí fué monge el mártir Isaac, sobrino del fundador Jeremías; allí vivió Fandila bajo la disciplina del abad mencionado; allí vivió retirada y alentándose para el martirio la matrona Sabigoto, que hizo por Jesucristo dos sacrificios heróicos: separarse de dos hijas, entregándolas al cuidado de Isabel y demas santas religiosas, y volar despues al martirio ; de allí finalmente salió á confesar su en Cristo la fervorosa Digna, discípula de Isabel, y allí Aurelio, el esposo de la varonil Sabigoto, fué á estampar el beso de despedida en las puras y sonrosadas megillas de sus inocentes hijas antes de entregar su cuello á los verdugos del Mexuar . Corta fué la duracion de este monasterio tan fecundo en prodigios de virtud, puesto que la misma Columba que habia contribuido á su edificacion, lo vió destruido, con otras iglesias y lugares sagrados en que se cebó la furia de los sarracenos durante la persecucion decretada por el califa Mohammed, de que hemos hecho mencion en otras ocasiones.

Si no puedes mantenerlas, cásate con una sola ó conténtate con tus esclavasTambien te engañas si te figuras que el renombre y la gloria del marido pueden ennoblecer á la esposa sepultada en vida, y que el velo que ahora cubre mi semblante caerá con los años para otra cosa que para hacer manifiesto el rubor de mis megillas cuando mis hijos sean postergados á los de una advenediza preferida.

Los colores de tu tez celeste se parecen al bermellon que hermosea las megillas de un nino dormido en el seno de su madre y mecido con los latidos de su corazon; se parecen al color de rosa que dejan caer los ultimos rayos del dia sobre la nieve de los ventisqueros, y que puede equivocarse con el pudico sonrosado de la tierra recibiendo las caricias del cielo.

El bravo Corací al Espeluca, Con ánimo bestial encrudecido, Le tiene á mal traer, y á la boruca, El suelo su tropel ha ennegrecido. Con fuerza con la pica le trabuca, El cristiano con maña, guarecido Se tuvo, porque estando de rodillas A Corací ha herido en las megillas.