United States or Cameroon ? Vote for the TOP Country of the Week !


Y, sin embargo, cuando por cualquier medio o estilo acertamos a penetrar en las profundidades del corazón y en los más apartados y obscuros aposentos del cerebro del personaje al parecer más insignificante, todo suele cambiar de aspecto en la idea que formamos de él, ya que descubrimos allí multitud de pensamientos maravillosos y de soberanas aspiraciones, y un mar tempestuoso de apasionados sentimientos, que ora sean buenos, ora sean malos, si llegan a ser grandes, dan valer e importancia a la persona que los concibe e inspiran hacia ella un interés acaso mayor del que nos han inspirado los más famosos varones al saber sus altas hazañas o al leer sus inmortales escritos.

Buscaba Gómez, mientras tanto, con la cabeza baja examinando el suelo. Su instinto de hombre de campo, habituado a estudiar los más pequeños accidentes de la inmensa llanura argentina, su con los maravillosos «rastreadores», adivinos de la Pampa, le hizo encontrar la explicación de este misterio. Señaló a algunos pasos un diminuto orificio abierto en el suelo. Allí estaba enterrada la bala. Mostró después un guijarro partido recientemente, a juzgar por la blancura interior de sus fragmentos.

Por mi parte me ceñiré todo lo posible, para solo el efecto de indicar cuanto una esperiencia de doce años de residencia en las Islas me ha enseñado, puede contribuir á establecer el ramo de justicia mas arreglado que el que se observa, y mejorar la administracion de la hacienda pública: ramos que deben sufrir grandes reformas á como en el dia se hallan, y que pueden producir efectos maravillosos y bienes incalculables, asi á las Islas como á la Metrópoli.

Doña Bernarda también veía en aquella unión la cúspide de sus ensueños; el dinero unido al poder; los millones de un comercio cuyos éxitos maravillosos parecían golpes de juego, viniendo a vivificar con savia de oro el árbol de los Brulls, algo resquebrajado y viejo por largos años de lucha. Comenzaba la primavera.

Construía para ella los más maravillosos juguetes, recortaba de zanahorias y de nabos las más sorprendentes flores y figuras, hacía de pepitas de melón, gallinas como naturales, construía abanicos y cometas, y era singularmente diestro en cortar para las muñecas fastuosos vestidos de papel.

En el café, en los círculos todos, se referían maravillosos cuentos, como los de magia. Aquí un pobrete audaz había redondeado colosal ganancia en pocos meses. Allá una idea feliz, engendrando el más pingüe de los negocios, había hecho poderoso al que un año antes era mendigo.

Antes, al defender la fe católica, de que se hicieron y fueron maravillosos adalides, se pusieron en el camino del progreso, á la cabeza de la humanidad, levantando el lábaro y apareciendo casi, así por el amor de la religión como por el amor de la ciencia, semejantes á la columna de fuego que guió en el desierto á los israelitas durante la noche.

Tirso es un encantador, que puede forzarnos á creer hasta lo increible, porque antes que nos sea dado reflexionar en lo que hacemos, nos vemos envueltos en sus mágicas redes y transportados á los maravillosos paisajes de su original poesía. En el trazado de sus caracteres se observa, en parte, la misma libertad.

En tanto que el sepulturero abría la zanja, una brisa fresca y retozona oreaba el rostro del muerto, quien ciertamente no debía estarlo en regla, pues sus músculos empezaron a agitarse débilmente, abrió luego los ojos y, al fin, por uno de esos maravillosos instintos del organismo humano, hízose cargo de su situación.

A cada momento nos parábamos para admirar las ricas tiendas con sus tabletas verdes de letras doradas sobre fondo negro; los parroquianos, en un silencio de iglesia examinan las preciosidades: porcelanas de la dinastía Ming, bronces, esmaltes, marfiles, sedas, armas, los abanicos maravillosos de Swatón; a veces una fresca joven de ojos oblícuos, vestida de azul, con amapolas de papel en la cabeza, desdobla algún rico brocado delante de algún grueso chino que la contempla beatíficamente con los dedos cruzados sobre la panza: al fondo, el mercader, aparatoso e inmóvil, escribe sobre tablillas de sándalo, y un perfume suave que entristece y perturba, brota de todas las cosas.