United States or Belgium ? Vote for the TOP Country of the Week !


Entonces, Antoñita, he tenido ocasión de ver el maravilloso dominio que tiene ese hombre sobre su voluntad. Gracias a un vigoroso esfuerzo de esta facultad supo revestir su trastornada fisonomía con la expresión seria y grave que le es habitual. »Pero esa aparente calma va siendo más sombría cada vez.

Por un momento todos aquellos espíritus elevados vivieron dos siglos más adelante y vieron con los ojos del alma una Peñascosa ideal cuajada de fábricas y cervecerías. ¡Poder maravilloso de la poesía! Se aplaudió furiosamente con las manos y con las cucharillas.

Por el debido respeto, sin embargo, no se atrevió a dar la menor señal de impaciencia. El Padre Ambrosio se complacía en perorar y prosiguió de esta suerte: Ten calma y espera. La destilación del maravilloso filtro, que va a remozarte, se está verificando en ese pequeño alambique.

El dinero se gasta desatinadamente en sostener ejércitos inmensos, y los hombres más robustos, jóvenes y fuertes de Europa, apartados de todo trabajo útil, están siempre con las armas en la mano, acechándose, espiándose y amenazándose. Cierto que la Economía Política y el libro maravilloso de Adam Smith no han puesto remedio a tanto mal.

Siempre que hablan de él sus coetáneos expresan la admiración que les causaba el número maravilloso de sus obras . Los datos que existen sobre su número son, no obstante, tan varios, y en parte tan contradictorios, que para fijarlos con exactitud es necesario depurar los testimonios referentes á este punto.

Había asistido en su niñez á las representaciones de Lope de Rueda, y presenciado el maravilloso efecto de obras de un orden inferior, cuando en su exposición reinaba la vida y el movimiento; y los teatros de Madrid, que más tarde pudo observar de cerca, lo excitaron vivamente á acometer empresas análogas.

Eran brillantes y caprichosos adornos y trajes, de colores vivos y formas muy determinadas; y era de notar que cuando se acercaban al amo, este tomaba el color y la forma de aquellos, quedando transformado al exterior aunque en esencia el mismo. Como a diez varas de distancia venían los Verbos, que eran unos señores de lo más extraño y maravilloso que puede concebir la fantasía.

¿No puede usted hacer dos cosas a la vez? Sin embargo, si lo que puedo decirle le fuera agradable, ¿no cree usted que formase una armonía que completaría este maravilloso espectáculo? ¡Qué pretensión!... ¿Quiere usted acompañar con su música de ternura las más hermosas horas de la Naturaleza? No tengo más que una pretensión: la de agradarle a usted.

Vista fue ésta que admiró a Sancho, suspendió a don Quijote, hizo parar al sol en su carrera para verlas, y tuvo en maravilloso silencio a todos cuatro.

María lo había buscado y lo había hallado; un amor puro e inmortal, sublime y maravilloso; el amor de un Dios que reduce a polvo los astros y se entrega como un manso cordero al alma enamorada.