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Lucero, que casi se había puesto de pie sobre los cuartos traseros, se humilló entonces hasta doblar mansamente las rodillas haciendo una reverencia. La turba de curiosos, que se había agrupado alrededor, rompió en estrepitosos aplausos. Mi padre dijo: ¡Bien por los mozos crudos y de arrestos!

Les espero a él y a su hija de un momento a otro: vienen a pasar conmigo el 4 de octubre y a ver en qué para esta tentativa de dar luz a mi hijo.... Iba avanzando mansamente la noche y los cuatro personajes rodeábanse de una sombra apacible. La casa empezaba a humear, anunciando la grata cena de aldea.

En el piso bajo entraban las olas mansamente por puertas y ventanas, sirviendo sus salones de refugio á las barcas de los pescadores. Los dos viajeros hablaban indudablemente de esta ruina, y el cochero, piadoso, olvidó su enfado para venir en su ayuda. Eso es lo que muchos llaman el palacio de la reina Juana... ¡Error, señores míos!... ¡Ignorancia de la gente indocta!

Aquellos ángeles morenos, que tan mansamente cantaban gozos y letrillas en la iglesia de Alboraya al celebrarse las fiesta de las solteras, enardecíanse á solas y matizaban su conversación con votos de carretero, hablando de cosas internas con el aplomo de una comadrona.

Entraban mansamente los buenos frailes, como ovejas que vuelven al aprisco; los pobres árboles de la Alameda apenas sombreaban el espacio que media entre el edificio y la muralla, y el sol iluminaba el frontis, dorándolo completamente.

A lo cual, mansamente, deteniendo el Diablo la carreta, respondió: -Señor, nosotros somos recitantes de la compañía de Angulo el Malo; hemos hecho en un lugar que está detrás de aquella loma, esta mañana, que es la octava del Corpus, el auto de Las Cortes de la Muerte, y hémosle de hacer esta tarde en aquel lugar que desde aquí se parece; y, por estar tan cerca y escusar el trabajo de desnudarnos y volvernos a vestir, nos vamos vestidos con los mesmos vestidos que representamos.

Entretanto, el estropeado entró seguido de su perro, y sin cuidarse del mal ojo y sobreojo con que muchos le miraban, soltó sus palos y tomó asiento en el suelo entre la gente inferior de la familia, poniendo por trinchera de sus rodillas al perro, que asentado con mucha compostura sobre sus piernas, se apoyaba en las zarpas delanteras alzando el cuello, levantando las orejas y mirando atentamente a su bienhechora María, a quien saludaba de su mejor modo, moviendo mansamente la cola.

¡Me parece bien! gritó el barón. ¿No es verdad? repuso fríamente Mariana. ¡Pero es que no ha sido más que una broma! Una broma ha sido también la mía. ¿Por quién me tomáis? preguntó al fin, rojo de cólera. Os tomo por un pobre hombre desenterrado... Vamos, idos a dormir... ¡Vamos, idos! Mariana le mostró la puerta y él salió mansamente... Estaba espantado.

¡Avant qui siga! gritaba Pep como si ignorase la presencia de los cortejantes y estuviera esperando una visita extraordinaria. Entraban mansamente, saludando a la familia. «¡Bona nitBona nitTomaban asiento en un banco, como niños de la escuela, o quedaban de pie, mirando todos a la atlota.

Todo lo cual, visto de improviso en alguna manera alborotó á Don Quijote, y puso miedo en el corazón de Sancho; mas luego se alegró Don Quijote, creyendo que se le ofrecía alguna nueva y peligrosa aventura; y con este pensamiento y con ánimo dispuesto de acometer cualquier peligro, se puso delante de la carreta, y con voz alta y amenazadora, dijo: «Carretero, cochero ó diablo, ó lo que eres, no tardes en decirme quién eres, á do vas, y quién es la gente que llevas en tu carricoche, que más parece la barca de Caron que carreta de las que se usan.» A lo cual mansamente, deteniendo el diablo la carreta, respondió: «Señor, nosotros somos recitantes de la compañía de Angulo el Malo; hemos hecho en un lugar que está detrás de aquella loma, esta mañana, que es la octava del Corpus, el acto de las Cortes de la muerte, y hémosle de hacer esta tarde en aquel lugar que desde aquí se aparece; y por estar tan cerca y excusar el trabajo de desnudarnos y volvernos á vestir, nos vamos vestidos con los mesmos vestidos que representamos.