United States or Yemen ? Vote for the TOP Country of the Week !


Gracias a Dios, mosqueteros míos, o vuestros, jueces de los aplausos cómicos por la costumbre y mal abuso, que una vez tomaré la pluma sin el miedo de vuestros silbos, pues este discurso del Diablo Cojuelo nace a luz concebido sin teatro original fuera de vuestra juridición; que aun del riesgo de la censura del leello está privilegiado por vuestra naturaleza, pues casi ninguno de vosotros sabe deletrear; que nacistes para número de los demás, y para pescados de los estanques , de los corrales , esperando, las bocas abiertas , el golpe del concepto por el oído y por la manotada del cómico, y no por el ingenio.

Después, gesticulando con recia manotada, echó de las moscas y dijo: Se ha muerto el boticario de la calle de Rodas y el carbonero de la calle de las Velas. En la casa del tío Caro no ha quedado más que el gato. Anoche no había novedad, y esta mañana la casa era un cementerio.

Ya tenía tres pesetas, ya tenía un duro, ya se aproximaba lentamente a los dos, y de pronto surgía una necesidad imperiosa, una exigencia ineludible, el pago a la tienda, que se negaba a fiar más sin recibir algo a cuenta, la compra de material para el emballenaje de los corsés, la necesidad de echar unas suelas a las botas únicas de Maltrana, mientras éste permanecía prisionero en el cuarto; y de este modo la mala fortuna llevábase de una manotada todos los ahorros, sin dar tiempo a que se completase el importe del alquiler.

«Puerca, fantasmona, mamarracho gritó doña Lupe destruyendo con manotada furibunda todos aquellos perfiles que la chiquilla había hecho en su cabeza . En esto pasas el tiempo... ¿No te da vergüenza de andar con la ropa llena de agujeros, y en vez de ponerte a coser te da por atusarte las crines? ¡Presumida, sinvergüenza! ¿Y la cartilla? Ni siquiera la habrás mirado... Ya, ya te daré yo pelitos.

El Rey de España es un generosísimo lebrel, que pasa acaso solo por una calle, y no hay gozque en ella que a ladralle no salga, sin hacer caso de ninguno, hasta que se juntan tantos, que se atreve uno, al desembocar della a otra, pensando que es sufrimiento y no desprecio, a besalle con la boca la cola; entonces vuelve, y dando una manotada a unos y otra a otros, huyen todos de manera, que no saben dónde meterse, y queda la calle tan barrida de gozques y con tanto silencio, que aun a ladrar no se atreven, sino a morder las piedras, de rabia.

Los repetidos disparos de metralla no detenían a los franceses. Brillaban los dorados uniformes de los generales puestos al frente, y tras ellos la hilera de marinos, todos vestidos de azul y con grandes gorras de pelo, avanzaba sin vacilación. De rato en rato, como si una manotada gigantesca arrebatase la mitad de la fila, así desaparecían hombres y hombres.

Lo que usted quiera, pero esto es así y no de otro modo. Por lo tanto, no dejaré a usted sacar ni un centavo del Banco. Me someto, porque me falta la firma; pero en cuanto a registrar la caja, ¡venga usted a impedírmelo! De una manotada cogió el llavero de sobre el pupitre y se abalanzó a la caja de hierro. Míster Robert le dejó hacer.

Una manotada de Potaje le interrumpió. Compare, ya había yo camelao denque te vi que eres rata de iglesia o argo paresío. El Nacional callaba, sin atreverse a estas confianzas, pero sonreía levemente. ¡Un sacristán convertido en bandido! ¡Qué cosas diría don Joselito cuando él le contase eso!... Me casé con la mía, y tuvimos el primer chiquiyo.

, con tal que no vuelvas a las andadas respondió con sencillez y firmeza Nucha. ¿Qué me harás si vuelvo? interrogó risueño el hidalgo campesino . Capaz eres de dejarme en el sitio de una manotada, chica. No por cierto.... No tengo yo fuerzas para tanto. Haré otra cosa. ¿Cuál?

Porque la limpidez de su cutis, la franqueza de su pasión de chica que surgía con adorable libertad de sus ojos brillantes, eran, ya no prueba de pureza, sino de escalón de noble gozo por el que Nébel ascendía triunfal a arrancar de una manotada a la planta podrida la flor que pedía por él. Esta convicción era tan intensa, que Nébel jamás la había besado.