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La aflicción de Maxi exigía la mentira, y su mujer tuvo que decírsela... mentiras de esas que inspiran viva compasión al que las dice y consuelan poco al que las oye. Echábalas de como enfermera que administra la inútil medicina al agonizante. «Dímelo de otra manera y te creeré manifestó Rubín . Dilo con un poquito de calor, siquiera como me lo decías antes. no sabes el daño que me haces.

18 Y Samuel se lo manifestó todo, sin encubrirle nada. Entonces él dijo: El SE

La dama manifestó que, debiendo levantarse temprano para estudiar sus lecciones, necesitaba más sueño. No se dio aquél por convencido. Comprendía que se trataba de una ruin venganza; pero tuvo la prudencia de callar, temiendo mayor daño. A Amalia se le ocurrió entonces herirle de modo más directo.

Bien; todo eso quiere decir que deseas casarte manifestó Julia con sonrisa burlona. No he dicho tal cosa respondió avergonzado, y reponiéndose en seguida, exclamó: Pero si lo hubiera dicho, ¿qué?... ¿Tiene algo de particular? Nada, hombre, nada; al contrario, siempre he creído que debías casarte. ¿Pero con quién? preguntó el joven en tono angustioso.

No lo tomes por donde quema, mujer manifestó Elisa, la joven sabia que poseía el arte de persuadir. Se pueden hacer regalos y caricias sin ninguna mala intención. Todos sabemos en Entralgo que D. Félix te quiere como una hija.

El viejo Carlini, que estaba sentado en un banco acabando de fumar un cigarro, nos vio en el acto que aparecimos, y yo noté que abrió los ojos llenos de asombro, pero, fuera de eso, no manifestó sospecha ni hizo el menor movimiento.

Pronosticó, que puesto que don Federico iba a residir en aquel país, ninguno de sus habitantes moriría sino de viejo. Fray Gabriel se manifestó tan contento de aquella resolución, y sobre todo de ver a la tía María tan alegre, que abundando en los sentimientos de esta, se aventuró a soltar un gracejo, que fue el primero y el último de su vida.

El despecho de ésta se manifestó llamando a Ramoncito, que se mantenía un poco alejado. Y usted, Ramón, ¿por qué no se queda? ¿Come usted también en casa de tía Clementina? No: yo no.... Pues quédese usted, hombre. Ya procuraremos que no se aburra. ¡Yo aburrirme al lado de usted! exclamó el concejal, casi desfallecido de placer. Nada, nada: definitivamente se queda ¿verdad?

Y echó a correr para dentro. «No vale, no vale, eso no vale gritó Isidora con afán . Mi hijo vendrá conmigo». A esto siguieron algunas lágrimas, y tomando entonces Castaño un tono conciliador, manifestó a la afligida madre que estando el niño en la ortopedia mejor que en ninguna parte, le dejase aquí.

Fernanda se sentó y permanecía seria y pensativa. , ; debes ir, Santos manifestó Manuel Antonio. Repara que la chica ha dejado una silla vacía a su lado... No puede insinuarse de modo más claro. Al decir esto hizo un guiño al conde.