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Entre las sotanas nuevas y los trajes de fiesta oliendo a alcanfor y con los pliegues del arca, destacábanse majestuosos los lentes de oro y el negro chaqué del diputado; pero a pesar de toda su prosopopeya, la Providencia del distrito apenas si llamaba la atención.

Agolpáronse los invitados en torno á la mesa, admirando los grandes platos que ocupaban su centro, como algo imposible de conquistar. Eran magníficos pasteles y pirámides de frutas enormes, que se destacaban majestuosos sobre otras cosas de menos importancia.

Los hijos se habrían contentado con uno nada más, pequeño, flamante, exhibiendo la marca de moda. Pero Desnoyers no era hombre para desperdiciar las buenas ocasiones, y, uno tras otro, había adquirido los cuatro, tentado por el precio. Eran enormes y majestuosos como las carrozas antiguas. Su entrada en una calle hacía volver la cabeza á los transeúntes.

Apenas lo conocía ahora. ¿Era acaso él, ese hombre que pasaba altivo al compás de la hermosa música, en compañía de los venerables y majestuosos magistrados, él, tan inaccesible en su posición social, y aún mucho más como ahora le veía allí, entregado á los poco simpáticos pensamientos que le preocupaban?

Las frutas de la isla esparcían en el paseo su perfume tropical: la banana impregnaba el ambiente con la esencia de su pulpa de miel. Algunos vendedores iban de un lado a otro ofreciendo hamacas de hilo o grandes sillones de junco trenzado, enormes y majestuosos como tronos.

Los montes, diferentes por su elevación, lo son también por la naturaleza de los terrenos, el perfil y el aspecto general. La cima más elevada, que parece el pastor del rebaño de montes, es una ancha cúpula con resistentes bases; la masa de granito, oculta bajo las plantas, se revela por los majestuosos movimientos de la verdura que forma su relieve.

Se dirá, ¿qué sentimiento vengativo cabe que los pobres humanos inspiren a los dioses majestuosos? Pues ; les inspiran el sentimiento más vengativo, el de la envidia. Belarmino era remendón de portal. Apolonio poseía un establecimiento lujoso y cobraba por par de botas hasta cinco duros, precio exorbitante por entonces en Pilares. Esto no obstante, Apolonio se hubiera cambiado por Belarmino.

Por lo tanto, de nuevo la comitiva de venerables y majestuosos padres de la ciudad empezó á moverse en el espacio libre que dejaba el pueblo, haciéndose respetuosamente á uno y otro lado, cuando el Gobernador y los magistrados, los hombres ancianos y cuerdos, los santos ministros del altar, y todo lo que era eminente y renombrado en la población, avanzaban por en medio de los espectadores.

De las vigas, como bambalinas grasientas, colgaban pabellones de longanizas y morcillas, ó ristras de pequeños pimientos rojos y puntiagudos como dedos de diablo, y rompiendo la monotonía de tal decorado, algún jamón rojo y borlones majestuosos de chorizos. El regalo para los paladares delicados estaba en un armario de turbios cristales junto al mostrador.

Yo ¡ay de ! al pensar que me hallaba, en este día solemne, en medio del silencio de aquellos bosques majestuosos, aun en presencia del magnífico espectáculo que se presentaba a mi vista absorbiendo mis sentidos, embargados poco ha por la admiración que causa la sublimidad de la naturaleza, no pude menos que interrumpir mi dolorosa meditación, y encerrándome en un religioso recogimiento, evoqué todas las dulces y tiernas memorias de mis años juveniles.