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Sin la actividad incansable del padre Ducos, los moros se hubieran enseñoreado de toda la isla: pero éste, ayudado de Afreasio, Capitán entendido y valiente, derrotó á los moros en Panguil, Misamis, Ynitao y otros puntos de la jurisdicción de Ylígan, causando al enemigo una pérdida de más de 300 embarcaciones y muerte de 2.000 mahometanos, sin contar los cautivos que fueron libertados.

De Los amantes de Teruel tratamos ya en ocasión oportuna. La Reina de los ángeles celebra la victoria de los cristianos sobre los mahometanos en la toma de Sevilla por San Fernando. Parte tercera de las comedias, etc., publicada por Francisco Lucas de Avila, sobrino del autor: Tortosa, 1634; reimpresa en Madrid, en 1652.

Es muy de notar que ninguno de los historiados cristianos, entre los cuales descuellan Ambrosio de Morales, el P. Roa, Diaz de Ribas, Florez, Masdeu, y otros no menos diligentes en la investigacion de las memorias y documentos de España bajo el dominio de los árabes, haga mencion, ni leve alusion siquiera, á este hecho de la venta de la basílica cristiana á los Mahometanos que refiere Ar-razi.

Tan vehemente fué el deseo de los Malanaos de acogerse á nuestro dominio á fin de quedar á cubierto de las asechanzas de los Mindanaos acaudillados por Corralat, que presididos aquéllos por el padre San Agustín pasaron á Manila en numerosa y escogida representación, solicitando de Corcuera el establecimiento de un presidio en la laguna, á fin de contener las continuas excursiones de los mahometanos.

Los moros de Mindanao, agrupados así y dispuestos á sostener cruenta lucha contra nuestro Ejército, son enemigos terribles que han de defender su territorio con feroz energía, engreídos como están por sus pasadas victorias, que la tradición mantiene vivas, creando un héroe de cada uno de aquellos mahometanos.

Esa huella, según mahometanos y judíos, es la de Adán, el primer hombre que subió al pico para contemplar la inmensa tierra, los vastos bosques, los montes y las llanuras, las orillas y el Océano con sus islas y sus escollos. Según los de Ceilán y los indios, no es un hombre, sino un Dios, el que dejó ese rastro de su paso.

Los distritos de Cottabato, Zamboanga y Davao, aunque poblados por la raza fanática é indolente de los malayos mahometanos, producen abundancia grande de arroz y café, ambos productos de tan excelente calidad que pueden competir con los más acreditados del mundo, dando origen á un comercio reproductivo, suficiente á subvenir á las necesidades de aquel pueblo, cuya preferente ocupación es la guerra.

Algunos tal vez podrian librarse huyendo al reino de Toledo, y estos dejarian despues las noticias de los parages donde habian quedado ocultas las reliquias y santas imágenes que veneraban. Tambien entonces destruirian los mahometanos muchas basílicas y profanarian otras convirtiéndolas en mezquitas .

Después de leer mucha historia y de divertirme leyéndola me inclino yo á decir como los historiadores mahometanos: «Alabado sea el poderoso Alá que da el poderío á quien quiere y á quien quiere se le quitaEsta es la manera, no sólo más piadosa, sino más cómoda y fácil de explicárselo todo.

Con estas grandiosas empresas se entretenia el arte musulman en España cuando espiraba el décimo siglo para la cristiandad y con él el entusiasmo artístico en los reyes y pueblos del Occidente. ¿Y qué mucho? La Europa cristiana se hallaba ceñida como por un anillo de hierro y fuego: por el norte los normandos, por mediodia y oriente los mahometanos, la estrechaban con nueva furia.