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Pues como iba diciendo continuó Rafael , había aquí una soltera de edad madura, que no había querido casarse a gusto de su padre, ni su padre la había querido dejar casar a su gusto; este tenía muchos humos, en vista de que su hija se llamaba doña Pancracia Cabeza de Vaca. Ahora bien, esta noble parte del animal...

Dejémoslos ir, por ahora, pues van contentos y alegres, y volvamos a contar lo que el ayo hizo cuando abrió la carta que el criado le llevó y halló que decía desta manera: "Vuesa merced será servido, señor Pedro Alonso, de tener paciencia y dar la vuelta a Burgos, donde dirá a nuestros padres que, habiendo nosotros sus hijos, con madura consideración, considerado cuán más propias son de los caballeros las armas que las letras, habemos determinado de trocar a Salamanca por Bruselas, y a España por Flandes.

El poder cayó de nuevo en las garras de Serrano, y el desquiciamiento general, la indisciplina del ejército, que peleaba sin fe ni esperanza en aquellas dos grandes esclusas de Cartagena y el Norte, que se tragaban torrentes de sangre y arroyos de dinero, indicaban a los pacientes alfonsinos, cruzados de brazos, que se acercaba la hora de extender la mano para coger la breva, madura ya por completo.

Es un hombre bastante alto, de una juventud madura, y cuya cabeza recuerda bastante fielmente el tipo del rey Francisco I. Se le escucha como á un oráculo, y aun la señorita Laroque le concede todo el interés y admiración que parece capaz de concebir aún por las cosas de este mundo.

Había en él dos señoras: una, joven, sentada en primera fila, y otra, de edad ya madura, casi oculta en el fondo... Parecía la primera una verdadera niña, delicada, fantástica, una de esas espirituales gatitas rubias que se crían a orillas del Sena y suelen tener, en efecto, todas las solapadas mañas de la raza felina.

Era esta una mujer de edad madura, agujereada como una espumadera por las viruelas, chata de frente, de ojos chicos. Viendo a la chiquilla vestida se escandalizó: ¿a dónde iría ahora semejante vagabunda? A misa, señora, que es domingo.... ¿Qué volver con noche ni con noche? Siempre vine con día, siempre.... ¡Una vez de cada mil! Queda el caldo preparadito al fuego.... Vaya, abur.

Fué admirable en la poesía pastoril; y en este modo, ni entonces, ni después acá, ninguno le ha llevado ventaja; y aunque por ser muchacho yo entonces, no podía hacer juicio firme de la bondad de sus versos, por algunos que me quedaron en la memoria, vistos agora en la edad madura que tengo, hallo ser verdad lo que he dicho; y si no fuera por no salir del propósito de prólogo, pusiera aquí algunos que acreditaran esta verdad.

Una naranja madura desprendíase del árbol, de vez en cuando, cayendo junto a , como aletargada por el calor, con un ruido mate y sin eco en la tierra apelmazada. Para apoderarme de ella, me bastaba extender la mano. Eran soberbias frutas, de un rojo purpúreo en su interior. Parecíanme exquisitas, y después ¡era tan hermoso el horizonte!

El acónito está tanto menos indicado en el viejo, cuanto mas predomina el sistema venoso y con él los síntomas de una descomposicion incesante é irreparable. Entre estas dos épocas de la vida, hay una, en la que la circulacion arterial goza de toda su plenitud de accion desde la pubertad hasta la edad madura.

Con el desprecio inconsciente de la juventud por la edad madura, Carlos no había podido ver un rival en aquel cincuentón bien conservado... Pero ahora, pensando mejor en el asunto, recordaba pequeños detalles que habían pasado inadvertidos: su frialdad intencionada, su hostilidad transparente, su despecho mal disimulado... y se preguntaba si esta omisión más o menos premeditada sería un desquite...