United States or Singapore ? Vote for the TOP Country of the Week !


Con este notición se puso término a la charla, así porque era ya tarde, como porque los aplausos y vivas de doña Manolita y de Pepe Güeto no consintieron que siguiera adelante aquella noche. Preparativos electorales El plan de D. Acisclo había sido meditado pausadamente y en secreto, y estaba tan bien trazado, combinado y preparado, que no escaseaban las probabilidades de que se lograse.

No es nuestro ánimo pintar aquí la famosa batalla de Lepanto, ni al propósito de nuestro libro conviene; que el curioso puede verla en las historias que de ella hablan largamente, y con pelos y señales: gran jornada fue, gran gloria alcanzó en ella nuestra patria; que puesto que fueron diversas las naciones que con sus armadas a aquella empresa acudieron, por generalísimo fue nuestro don Juan de Austria, y a su prudencia y a su buen consejo y a su aliento, se debió que aquel grandísimo triunfo se lograse; y más grande fuera, si a todas sus consecuencias se hubiera llegado: a nosotros sólo nos compete decir en el presente libro, cómo fue que nuestro Miguel conquistó en aquella memorable jornada su glorioso apodo de Manco de Lepanto.

Muy satisfecho Longino del encargo delicadísimo que su señor acababa de confiarle, prometió hacer prodigios de destreza para que nada se divulgase y para que todo se lograse.

En este supuesto, y en el de no ser historia con las formalidades que piden sus reglas, como de esta provincia la escribió el erudito P. Nicolás del Techo en lengua latina, sólo refiero las regiones en donde se han formado los pueblos de los nuevamente convertidos, y al mismo tiempo se describen sus situaciones, sus genios y sus diversos idiomas, para que se pueda comprender con menos dificultad el asunto de esta pequeña obra; que si se lograse con ella el encender en el corazón de los que ó tienen por instituto la conversión de las almas, ó por fervor cristiano la salvación de los infieles, un celo de dilatar la gloria de Dios en las conquistas del Evangelio, se dará por bien empleado el trabajo de sacarla á la luz pública, sin cuidado de que ó la censura ó la malicia le imponga aquellas acostumbradas notas que en el juicio prudente y cristiano sólo pueden servir para el desprecio y nunca para la atención; ojalá tenga yo muy frecuentes las noticias de estas apostólicas tareas para emplear con nuevo gusto el trabajo de publicarlas para mayor gloria de Dios, que es el fin principal de las Misiones de los Jesuitas.

Antes de que lograse darme cuenta exacta de mi situación, se abrió la puerta y apareció un criado, el mismo a quien había interrogado al entrar, diciendo: El señor duque de C... Y un hombre de unos sesenta años y de aspecto distinguido, avanzó a mi encuentro, tendiéndome la mano y excusándose por haberme hecho esperar tanto. Cuando llegó usted me encontraba ausente del castillo me dijo.

Castro meditó que tal vez, la circunstancia de ser un poco desgalichado y tener el cutis lleno de pecas, influiría para que su amigo no lograse éxito lisonjero en esta como en otras empresas que había acometido: pero se abstuvo de manifestar tal sospecha. Prefirió asentar, cerrando los ojos y soplando el humo del cigarro, esta verdad de carácter general: Las chicas son muy estúpidas.

Si pudiese tener una entrevista con ella antes de marchar, quizá lograse convencerla de que la separación era el mejor partido que podían tomar: acaso con algunas vivas protestas de cariño y ciertas vagas esperanzas de volverse a ver con el tiempo endulzaría la amarga píldora que le iba a propinar. Pero ¿cómo arreglarse para ello, estando encerrada por el cafre de su padre? No parecía.

Más que a la pericia militar del gran duque de Alba, y más que al formidable ejército que conducía, se debe acaso a la buena maña y sutil diplomacia de don Cristóbal la unión de Portugal y de Castilla, y sobre todo, que esta unión se lograse con poca violencia, sangre y estrago, haciéndose así apta para contraponerse al poder disolvente de los malos gobiernos ulteriores, adormecer y calmar la enemistad inveterada entre castellanos y portugueses, y conseguir que al menos durase sesenta años la unión de ambas naciones, a pesar de nuestra rápida y lastimosa decadencia.

Pero lo que más saltaba a la vista en él, sin duda alguna, era cierto bienestar amable y aristocrático, exento de presunción que, aunque lograse inspirar envidia, no despertaba ciertamente en el corazón de la plebe los odios y rencores que excita siempre la opulencia soberbia. El ceñudo firmamento dejaba caer sin cesar toda la ceniza húmeda y fría de que estaban preñadas sus nubes.

A ambos costados de la verja, como testimonio de la pasada opulencia del templo, los dos pulpitos de ricos mármoles y bronce cincelado. Gabriel echaba una mirada al coro, admirando su sillería portentosa ocupada por los canónigos, y pensaba con entusiasmo que tal vez lograse algún día sentarse en ella, con gran orgullo de su familia.