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Y si al fin, como espero, ase la liga, Y á Dios votivas gracias con buen celo, Y al mundo le daremos una higa, Pues nos llevamos lo mejor del suelo. Las loas y entremeses de Benavente, ya citado, nos ofrecen algunos datos divertidos acerca del histrionismo de esta época.

Unos aclamaban á la Revolución social; otros daban vivas á la República; algunos gritaban ¡viva España! ante las inscripciones en vascuence, viendo en estas loas á la Señora de Vizcaya un hipócrita insulto á la integridad nacional. Era una amalgama de todos los odios contra aquella Bilbao dominada por la Compañía de Jesús y formada á su imagen.

Pero como ambas son interesantes para conocer la literatura dramática española á principios del siglo XVII, copiaremos aquí el catálogo de ellas: Parte tercera de las comedias de Lope de Vega y otros autores con sus loas y entremeses: Barcelona, 1614. Los hijos de la barbuda, de Luis Vélez de Guevara. La adversa fortuna del caballero del Espíritu Santo, del licenciado Juan Grajales.

Autos de Rojas, Moreto, Mescua, Godínez, Felipe Sánchez, Diego Ramos del Castillo, Guevara y Antonio del Castillo, se encuentran en el tomo Autos sacramentales y al Nacimiento de Christo con sus loas y entremeses, recogidos de los mejores ingenios de España: Madrid, 1675.

Las loas, especialmente las dialogadas, se acompañaban á veces con música y canto. Su versificación ordinaria es el romance, la redondilla ó la octava. III. Entremeses, ó pequeños dramas burlescos, que se representaban entre las jornadas de las comedias, ó entre la loa y el auto.

Autos, entremeses y loas de Lope de Vega. De las comedias religiosas de Lope pasaremos á los autos. Ya antes dijimos cuáles son las diferencias, que los separan de aquéllas, y las especies en que se dividen: ahora trataremos de sus cualidades esenciales. Desde luego nos ocuparemos en determinar las de los destinados á la festividad del Corpus, ó autos sacramentales.

Encareciéronme tanto la vida de la farándula, y yo, que tenía necesidad de arrimo y me había parecido bien la moza, concertéme por dos años con el autor. Hícele escritura de estar con él y diome mi ración y representaciones. Y con tanto, llegamos a Toledo. Diéronme que estudiar tres o cuatro loas y papeles de barba, que los acomodaba bien con mi voz.

De las loas y entremeses nada podemos decir, careciendo de datos. Sólo se ha impreso una pequeña parte de las obras de Lope.

En 1620, en el prólogo al tomo XIV, y en la dedicatoria de El Verdadero amante, se fija el número en nuevecientas, de suerte que corresponden cincuenta á cada año. Conviene no olvidar que las declaraciones citadas de Lope, sacadas de sus obras, sobre el número de sus comedias, se refieren sólo á este género literario, y que no entran en esta cuenta los autos, loas y entremeses.

Entre las más interesantes y menos comunes, están las siguientes: Entremeses nuevos de varios autores: Zaragoza, 1640, Pedro Esquer. Contiene muchos entremeses de Tirso de Molina. Ociosidad entretenida en varios entremeses, bailes, loas y jácaras escogidos de los mejores ingenios de España: Madrid, 1668. Contiene entremeses de Calderón, Matos Fragoso, etc.