United States or Saint Kitts and Nevis ? Vote for the TOP Country of the Week !


Y mientras tanto continuó, ¿qué hacía el general Nogueras? Figúrate, muchacho, que le habían hecho creer que Cabrera no era más que un cabecilla de mala muerte, un estudiante, un teólogo que no sabía palabra del arte de la guerra. Así que, tomando el anteojo, me entiende usted (el cura hacía ademán de aplicárselo al ojo derecho), dijo a sus ayudantes: «Muchachos: el seminarista se atreve a presentarnos batalla con los desharrapados que le siguen; es necesario darle una lección muy dura para que en su vida vuelva a ponerse delante de un general españolEn seguida, me entiende usted, da sus órdenes y dispone el ataque. Suena el toque de fuego, ¡pin! ¡pan! ¡pun! de aquí, ¡pin! ¡pan! ¡pun! de allá... ¡pom! ¡pom! suena la artillería de los liberales. La de los carlistas, callada esperando la ocasión... Los liberales parece que llevan ganada la batalla, y avanzan... En esto el general Nogueras, que seguía contemplando con su anteojo el combate, mientras charlaba y reía con sus ayudantes, se pone serio de pronto... «¡Rayos y truenos! ¿Qué es lo que veo?... ¡La vanguardia del ejército envuelta! ¿De dónde mil rayos ha salido esa tropa? ¿Qué caballería es aquélla?... A ver, uno de ustedes, a enterarse de por qué retroceden los batallones de cazadores... Que cargue la caballería... ¿Dónde está?... ¡Si tiene cortado el paso!... ¡Los planes de este seminarista ni yo los entiendo, ni el diablo que lo lleve tampoco!»... En esto llega un ayudante gritando: «Mi general, escape V. E. a uña de caballo, porque estamos envueltos y vamos a caer en las manos de CabreraEl general Nogueras, acto continuo, pone espuela al caballo, diciendo: «¡Qué cabecilla ni qué barajas!... ¡

Madre Transverberación dijo Inés con voz más entera , el chocolate y los bollos que han hecho sus mercedes ayer para la señora Condesa, ¿dónde están? ¿Los ha traído su merced? No por cierto. ¡Si tuviera su merced la bondad de ir a buscarlos para que los lleve este mozo...! Bien pudo usted haberlos traído replicó gruñendo la vieja. Si la Sra.

GILBERTO. ¡Oh! ¡Me sentía atraído por la curiosidad! ¡Que me lleve el diantre si sospechaba que la célebre Terpsy era Melania Boujotte, a la que yo había dejado de modista en Montmartre...! TERPSY. Pues, querido mío, algo de culpa tienes de que yo me haya convertido en Terpsy... Es una cosa que te debo, además de la pérdida de mis ilusiones. GILBERTO. ¡Imposible...!

Oye le dijo Esperanza cuando se hubieron cansado de hablar de sombreros , ¿sabes que el último día que he estado en el colegio les llevé el retrato de mi hermanito?... Verás qué paso más gracioso. Lo han retratado desnudo, y como tiene aquello descubierto, la hermana María de la Saleta no quería enseñarlo a las niñas.

Y lo más sensible del caso era que aquel hombre excelente, alentando en su pecho un amor generoso de que se dan muchos ejemplos entre los marinos, había tomado por compañera á una joven inútil para el trabajo, pues accidentalmente perdió varias falanges de los dedos. ¡Situación horrible la de esta mujer inválida, en cinta y viuda! Hízose una colecta, y yo llevé á Royan mi pequeño óbolo.

Si el Rey hubiera muerto los seis estarían aquí con Miguel el Negro. ¿Sabe usted que el Duque ha regresado, coronel? , lo . ¡El diablo le lleve! A ver, señores míos dije. ¿Quiénes son esos seis de que tanto hablan? No tardará usted en trabar conocimiento con ellos contestó Sarto. Son seis caballeros a quienes Miguel tiene a su servicio, y que le pertenecen en cuerpo y alma.

Desde entonces Dunsey no ha vuelto a la casa, ¿verdad? ¿A casa? no replicó Godfrey , y haría bien en no volver. ¡Qué imbécil soy, me lleve el diablo! Debiera de haber sabido que las cosas iban a concluir así.

Cuando hubo pasado la última figura de esta bizarra procesión, volví con el pensamiento a las montunas realidades de Tablanca... y me llevé las manos a la cabeza, como quien se percata de que ha estado colmándola de disparates para obtener ideas salvadoras.

Lo que conviene a La Rioja es exactamente aplicable a Santa Fe, a San Luis, a Santiago del Estero, esqueletos de ciudades, villorrios decrépitos y devastados. En San Luis hace diez años que sólo hay un sacerdote, y que no hay escuela ni una persona que lleve frac.

Bien cerca de tu casa tienes al pobre hijo de Pedro Gómez esperando á que se le acabe la poca salud que trajo de las Indias al cabo de quince años de buscarse en ellas la fortuna, para que Dios le lleve á descansar á su lado; pues ya, pobre y enfermo, ni vale para apoyo de su familia, ni para el pueblo, ni para mismo, que es lo peor...; y bien reniega de la hora en que salió de su casa....