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Terminado por fin aquel banquete de familia, Lesperut se empeñó en llevamos al café que da vista al paseo del Palacio Real. Yo abrigaba el mismo proyecto, pero no tuve títulos para disputarle el derecho de agasajarnos. Estaba en su país, en su casa: él era el patron.

No por amor suyo, de que V. carece, sino por el mundano honor de que V. se jacta y por los respetos y consideraciones que todo hombre bien nacido debe á las damas, ruego á V. que no nos distraiga del camino que llevamos, ni perturbe nuestra vida retirada y devota.

De que podrás inferir, Andrés, cuán dañoso es el saber y qué verdad es todo cuanto arriba te llevo dicho acerca de las ventajas que en esta, como en otras cosas, a los demás hombres llevamos los batuecos, cuánto debe regocijarnos la proposición cierta de que: «En este país no se lee porque no se escribe, y no se escribe porque no se lee»; que quiere decir, en conclusión, que aquí ni se lee ni se escribe; y cuánto tenemos, por fin, que agradecer al cielo, que por tan raro y desusado camino nos guía a nuestro bien y eterno descanso, el cual deseo para todos los habitantes de este incultísimo país de las Batuecas, en que tuvimos la dicha de nacer, donde tenemos la gloria de vivir y en el cual tendremos la paciencia de morir.

Y así llevamos siglos sin enterarnos de que en el mundo hay algo más que el amor; y hasta los más bobos empiezan a cansarse de tanto papel impreso y tantas salas iluminadas para hacernos conocer las angustias y conflictos de dos seres que quieren acostarse juntos y no encuentran el medio, o las crisis de alma de una señora que desea faltarle a su marido y no sabe cómo empezar... No; en el mundo, el amor no lo es todo.

TOURNEFORT hizo los géneros de las plantas, tomándolo de las flores y frutos, de modo que colocaba baxo un mismo género todas las que eran conformes en la forma, figura y otros caractéres de estas partes: dividia, en especies las que sin embargo de ser semejantes en lo que llevamos propuesto, tenian ademas de eso algun distintivo con que se señalaban.

¿Nos veremos en la calle? dijo el bufón . Venid, que el tiempo urge, y vos, compadre, dejadnos por Jesús Nazareno, y vamos, y no se hable más, que en decir y replicar llevamos una hora. Conque hasta después; muchas expresiones al señor Cornejo, señora María, y al señor escudero que se compre un peine fuerte; hasta más ver... ¡Gracias á Dios que estamos en la calle!

CAP. IV. Como entramos Por la Tierra. Otro dia adelante, el Governador acordò de entrar por la Tierra, por defcubrirla, i vèr lo que en ella havia. Fuimonos con èl, el Comifario, i el Veedor, i Yo, con quarenta Hombres, i entre ellos feis de Caballo, de los quales poco nos podiamos aprovechar. Llevamos la via del Norte; hafta que

Hoy, es la máquina la impulsadora del barco, algo exacto, matemático, medido; antes, era el viento, algo caprichoso, impalpable, fuera de nosotros. «Llevamos el Angel de la Guarda en la lona de nuestras velas», me decía don Ciriaco, un viejo capitán de fragata muy inteligente y muy romántico; «llevamos la fuerza en nuestra carbonera», puede decir el capitán de hoy.

No querría sino que este mozo se volviese y me dejase; quizá con no velle y con la gran distancia del camino que llevamos se me aliviaría la pena que ahora llevo, aunque decir que este remedio que me imagino me ha de aprovechar bien poco.

Dirá usted que les llevamos paraguas; ¿y para qué sirven los paraguas? El Magistral se puso colorado. En efecto, los paraguas no servían de nada en el bosque. Haga usted lo que quiera dijo yo sigo. Eso es darme una lección replicó don Víctor algo picado y continuando también la ascensión penosa. No señor. señor; eso... es ser más papista que el Papa.