United States or Cambodia ? Vote for the TOP Country of the Week !


Vayan pues los leyentes con letura, Qual dice el vulgo mal limado y bronco, Que yo soy un poeta desta hechura. Cisne en las canas, y en la voz un ronco Y negro cuervo, sin que el tiempo pueda Desbastar de mi ingenio el duro tronco: Y que en la cumbre de la varia rueda Jamas me pude ver solo un momento, Pues quando subir quiero, se está queda.

Para hacer crítica de los Autores y aprovecharse de ellos es menester reparar, qué potencias mentales y qué afectos del ánimo los dominan; porque si escriben apasionados, ó con cortas luces del entendimiento, ó sin potencias correspondientes á los asuntos en que se empeñan, poco fruto se sacará de su letura; y sin este conocimiento son de poco valor los juicios que unos Autores hacen de otros.

Quien quiera que haya leido á Mr. Voltaire conocerá un hombre de imaginacion grande, vehemente, fecunda: de un ingenio vivo, despejado, agudo, pronto: de una letura vaga de libros modernos, limitada, y muy superficial de los antiguos originales: una instruccion vasta de las cosas presentes, sin ahondar en las Ciencias, ni en sus principios, ni fundamentos: en conclusion un talento que los Franceses llaman bel sprit.

Por esto, los que solo saben por ellos, son entendimientos que se satisfacen de la memoria, sin exercitar el ingenio ni el juicio; siendo cierto, que semejantes libros solo pueden aprovechar en tal qual ocasion á los hombres de mucha letura y de atinado juicio, ó para tener á mano una especie, ó para volver á la memoria alguna cosa que se habia olvidado. Plin. Cic.

Como esta Lógica está tambien traducida en Castellano, y todo el mundo tiene noticia de ella, no hay necesidad que yo explique por menor lo que contiene; solo juzgo conveniente poner algunas advertencias sobre ella, para que nadie se entregue á su letura sin el debido discernimiento.

Así que no hay que fiarse mucho de la Filosofía de WOLFIO, y el GENUENSE, que quieren dar por demostrado lo que no lo es, y á veces ni lo puede ser. De este método se han valido con acierto algunos Escolásticos doctísimos, como es notorio á los que están versados en la letura de esta suerte de Filósofos.

Mirábalo el canónigo, y admirábase de ver la estrañeza de su grande locura, y de que, en cuanto hablaba y respondía, mostraba tener bonísimo entendimiento: solamente venía a perder los estribos, como otras veces se ha dicho, en tratándole de caballería. Y así, movido de compasión, después de haberse sentado todos en la verde yerba, para esperar el repuesto del canónigo, le dijo: ¿Es posible, señor hidalgo, que haya podido tanto con vuestra merced la amarga y ociosa letura de los libros de caballerías, que le hayan vuelto el juicio de modo que venga a creer que va encantado, con otras cosas deste jaez, tan lejos de ser verdaderas como lo está la mesma mentira de la verdad? Y ¿cómo es posible que haya entendimiento humano que se a entender que ha habido en el mundo aquella infinidad de Amadises, y aquella turbamulta de tanto famoso caballero, tanto emperador de Trapisonda, tanto Felixmarte de Hircania, tanto palafrén, tanta doncella andante, tantas sierpes, tantos endriagos, tantos gigantes, tantas inauditas aventuras, tanto género de encantamentos, tantas batallas, tantos desaforados encuentros, tanta bizarría de trajes, tantas princesas enamoradas, tantos escuderos condes, tantos enanos graciosos, tanto billete, tanto requiebro, tantas mujeres valientes; y, finalmente, tantos y tan disparatados casos como los libros de caballerías contienen? De decir que, cuando los leo, en tanto que no pongo la imaginación en pensar que son todos mentira y liviandad, me dan algún contento; pero, cuando caigo en la cuenta de lo que son, doy con el mejor dellos en la pared, y aun diera con él en el fuego si cerca o presente le tuviera, bien como a merecedores de tal pena, por ser falsos y embusteros, y fuera del trato que pide la común naturaleza, y como a inventores de nuevas sectas y de nuevo modo de vida, y como a quien da ocasión que el vulgo ignorante venga a creer y a tener por verdaderas tantas necedades como contienen. Y aun tienen tanto atrevimiento, que se atreven a turbar los ingenios de los discretos y bien nacidos hidalgos, como se echa bien de ver por lo que con vuestra merced han hecho, pues le han traído a términos que sea forzoso encerrarle en una jaula, y traerle sobre un carro de bueyes, como quien trae o lleva algún león o algún tigre, de lugar en lugar, para ganar con él dejando que le vean. ¡Ea, señor don Quijote, duélase de mismo, y redúzgase al gremio de la discreción, y sepa usar de la mucha que el cielo fue servido de darle, empleando el felicísimo talento de su ingenio en otra letura que redunde en aprovechamiento de su conciencia y en aumento de su honra! Y si todavía, llevado de su natural inclinación, quisiere leer libros de hazañas y de caballerías, lea en la Sacra Escritura el de los Jueces; que allí hallará verdades grandiosas y hechos tan verdaderos como valientes. Un Viriato tuvo Lusitania; un César, Roma; un Anibal, Cartago; un Alejandro, Grecia; un conde Fernán González, Castilla; un Cid, Valencia; un Gonzalo Fernández, Andalucía; un Diego García de Paredes, Estremadura; un Garci Pérez de Vargas, Jerez; un Garcilaso, Toledo; un don Manuel de León, Sevilla, cuya leción de sus valerosos hechos puede entretener, enseñar, deleitar y admirar a los más altos ingenios que los leyeren.

En resolución, él se enfrascó tanto en su letura, que se le pasaban las noches leyendo de claro en claro, y los días de turbio en turbio; y así, del poco dormir y del mucho leer, se le secó el celebro, de manera que vino a perder el juicio.

Con la meditacion y la letura se va llenando de imágines la fantasía de Lusinda, de suerte, que apenas se excitan en su imaginativa otras representaciones, que las que ha impreso la continua letura y meditacion.

El método geométrico, que usa en su Metafísica, está sujeto á todas las imperfecciones que hemos notado en el párrafo antecedente, y estamos ciertos que ninguno se instruirá bien en los fundamentos de la Filosofía por la obra del Genuense: á los que ya estén instruidos, les servirá de entretenimiento filosófico su letura por la variedad de especies que lograrán con ella.