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Pues qué, ¿todo ha de ser lloriqueos, blanduras, dengues, melosidades y tonterías? ¿Se escribe para doncellas de labor y viejas verdes, ó para hombres formales y gentes de sentido comúnQuien así hablaba era la tercera eminencia que componía el jurado, y me parece llegada la ocasión de describirlo. D. Marcos había sido novelista.

Edmundo Rostand ha dicho que el asunto de «Chantecler» se le ocurrió bruscamente una tarde que, al regresar á Villa Arnaga, entró en el corral de una casa de labor á beber un vaso de leche. Mientras le servían, el poeta examinó el sitio donde estaba: sobre un montón de paja y de estiércol había varias gallinas, un pato, un perro, un mirlo en una jaula... y todos parecían sostener animado diálogo.

Siempre en ellas, la cabeza metida entre los hombros y el espinazo doblegado, embriagándose en su labor; y la barraca de Barret presentaba un aspecto coquetón y risueño, como jamás lo había tenido en poder de su antiguo ocupante.

De Dios era, a Dios iba y sólo de Dios esperaba. Terminado lo del cuarto, se emprendió afuera otra labor más peliaguda, para la que no bastaron las mujeres solas.

Adivinaban los dos amigos su labor mental en la contracción de su frente, en los gruñidos sordos que dejaba escapar, como un eco del monólogo interior. De pronto saltó de la reflexión á la palabra, sin preparación alguna, continuando en voz alta el curso de sus razonamientos.

Los más de los escritores del siglo XIX han desaparecido ya, los que aun viven son escritores retardados en contradicción con el espíritu del tiempo, y la nueva generación de escritores que surgió a la vida literaria en los últimos diez años del siglo XIX se encuentra ahora, después de veinte o treinta años de labor, en la cumbra de su vida y con una gloriosa obra detrás.

Hubo un corto silencio y volviendo a su labor de ir colocando con arte las flores en los jarrones, habló Camila de este modo: Sin duda cree usted, señor Delaberge, que es demasiado absoluto mi aislamiento... ¡Dios mío, también yo, algunas veces, lo creo así!... Y me pregunto si no haría mucho mejor modificando un poco mi existencia, aunque es ésta una pendiente hacia la cual no me agrada guiar mis ensueños... Y no obstante...

Maud se levantó al ver entrar á su prometido y salió á su encuentro sin que nada indicase en su actitud un cambio de disposiciones respecto de él. Tenía la cara jovial y la mirada tranquila, pero, por azar sin duda, sus manos estaban ocupadas en una labor bastante voluminosa en la que estaba trabajando, y no pudo dar la mano á Sorege.

Madrid, Abril de 1909. Figúrate, lector, que vuelves a tu casa mohíno y aburrido, lacio el cuerpo, acibarado el ánimo por la desengañada labor del día. Cae la tarde; el amigo a quien esperas, no viene; la mujer querida está lejos, y aún no te llaman para comer.

Leonora había dejado caer su labor sobre el banco y miraba a lo alto, marcándose la suave curva de su garganta en tensión. Parecía sumida en un éxtasis, como si pasase ante sus ojos la visión del pasado. De pronto se incorporó con un estremecimiento. Creo que estoy enferma, Rafael. No qué tengo hoy.