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La cárcel, residencia frecuente de su señor padre, le había enseñado, como por ensayos repetidos, la triste vida de la orfandad; y cuando al fin el autor de sus días salió de casa para no volver, porque en una ocasión, al recobrar la libertad, en vez del hogar, encontró la muerte en una misteriosa aventura, allá en la Huerta, el pobre Minguillo, que así le llamaban los demás pillastres de su barrio, al quedarse en el mundo solo, pues su madre había muerto al darle a luz, tenía un aprendizaje anulado que le sirvió no poco, de mala suerte, apuros, desvalimiento; y venía a ser a los doce años todo un hombre, y casi casi todo un pícaro, por los recursos de su ingenio, el ahínco de su trabajo, cuando tocaban a trabajar honradamente, y las tretas de su industria, la fuerza de cinismo, el vigor de los músculos y el desprecio de todas las leyes y cortapisas morales y jurídicas, que, en su opinión, se habían hecho para los ricos; porque los pobres no podían con ellas, bajo pena de matarse de hambre, que era el mayor crimen.

No se me oculta que trataréis de justificaros, de negar los hechos, de desnaturalizar las normas jurídicas, recurriendo a todo linaje de sofismas, como es uso y costumbre entre los refractarios a las leyes. Pero estamos dispuestos a rebatir, uno por uno, vuestros argumentos mendaces. ¡Señores profesores, manos a la obra! Los crímenes contra la propiedad. El robo en general.

Así es en efecto: autorizados por él los obispos de Roma á elegir entre los edificios públicos los mas adecuados al ejercicio del nuevo culto; las basílicas claras y espaciosas, destinadas hasta entonces á las transacciones comerciales y á la decision de las contiendas jurídicas, fueron instantáneamente convertidas en iglesias.

El gitano, ser salvaje dentro de la sociedad, es un prodigio de agudeza, un archivo de triquiñuelas jurídicas y un burlador hábil de la Policía. El vago adolescente, otra manera de salvaje, sabe más mundo y más Economía política que los doctores recién incubados en la Universidad.

En vez de luchar abiertamente por la libertad del pueblo, apelaban al buen sentido del gobierno, invocaban razones jurídicas y humanitarias, se conducían, en fin, como los «sabinos», tan magistralmente pintados por Andreiev en esta piececita. Un lugar salvaje, completamente inculto. Comienza a despuntar el día.

Nébel no cabía en de gozo, y como la señora no parecía inquietarse por las preocupaciones jurídicas de Nébel, éste prefirió también un millón de veces tal presencia a la del abogado. Con todo, se hallaba sobre ascuas de una felicidad demasiado ardiente y, como tenía 18 años, deseaba irse de una vez para gozar a solas, y sin cortedad, su inmensa dicha. ¡Tan pronto, ya! le dijo la señora.

Parte general: Sujeto del Derecho. Objeto del mismo. Relaciones jurídicas; origen y terminación de los Derechos. Modos de adquirir el Derecho. Información de las relaciones jurídicas en el espacio y el tiempo. Protección de los Derechos. La posesión. Parte especial: Derecho de las personas. Derecho de bienes. Derecho de obligaciones; contratos y sus clases. Derecho de sociedad.

En una palabra: me imaginé que Castro Pérez era uno de esos abogados viejos, repletos de latines, que se saben de memoria las Partidas, que tienen pujos de canonistas, y que escriben errar con «h»; «teólogos de capote», como los llamaron «in illo témpore»; peritos en las triquiñuelas jurídicas, pero vacuos de todo lo demás; habilísimos para ocultar su ignorancia, y desdeñosos de cuanto no entienden; que miran a todo el mundo con aire de protección, y que apareciendo graves y sesudos, mostrándose inaccesibles y huraños pasan por unos portentos y vienen a ser, en pueblos y ciudades como Villaverde, señores de vidas y haciendas.

Daniel Israel Lopez Laguna, poeta tambien judío, publicó en 1720 como se dijo en el libro 3.º una obrita en verso intitulada Espejo fiel de vidas, la cual no es otra cosa que una traduccion de los salmos del profeta. Grande es el número de los judíos españoles que escribieron obras jurídicas, filosóficas, morales, matemáticas i medicinales, i á mas traducciones i glosas del Viejo Testamento.

Toda esta alegría penetra dulcemente en el cerebro de Delaberge y le distrae de sus laboriosas meditaciones jurídicas. Después de un alto de pocos minutos en Clairvaux, marcha el tren por entre colinas cubiertas de bosque que dejan ver de vez en cuando las clarísimas aguas del Aube. El sol ha triunfado decididamente y el cielo todo es ya de un sedoso azul.