United States or Sweden ? Vote for the TOP Country of the Week !


"¿Y este muchacho, pensaba Adriana, este muchacho tan elegantón y tan absolutamente seguro de mismo escribía las cartas divinas que dice Camucha? ¿Es posible concebirle protagonista de la novela de amor interrumpida por Zoraida?" Echó involuntariamente una ojeada a Laura, y en el fondo de su dulce y noble mirada, leyó en seguida: "¿Comprendes, ahora, que no podría volver a quererle?"

En una palabra: don Rodrigo Calderón, á quien tan torpemente concede mi padre toda su confianza. ¿Pero estáis loca, doña Catalina? Estáis loca; ¿qué cólera y qué malas tentaciones son esas? Acabo de recibir esta carta. La joven sacó de su seno un pequeño billete. La duquesa se estremeció involuntariamente, porque recordó la carta del rey.

El doctor, ante estos placeres rudos y violentos del pueblo primitivo, recordaba las fiestas griegas, embellecidas al través de los siglos por el encanto del arte. Aquellos juegos al aire libre, sencillos y burdos, de una inmediata utilidad, recordaban involuntariamente los Juegos Olímpicos. ; se parecen pensaba Aresti.

Mirando los salones interminables que parecían iglesias, pensábase involuntariamente en la noche, cuando las sombras ahogaban la macilenta luz de la candileja del avaro y los pasos del viejo y su criada sonaban como en el ulterior de una cripta, en un medroso silencio interrumpido por los crujidos de la madera vieja y las veloces carreras de las ratas.

Pero, querido tutor dijo Amaury con acento conmovido, creía yo que la costumbre de verme a su lado y de llamarme hijo le había hecho ya considerarme como individuo de su familia, o por lo menos como digno de ingresar en ella. ¿Me habrá cabido la desgracia de ofenderle involuntariamente? ¿Me condena a alejarme de aquí por haberme retirado su estimación?

Y así continuó hasta un estrecho pasadizo, medio alumbrado por un farol clavado en la pared, y enteramente desierto, donde hubo de sacarle de su distracción una voz de mujer, grave, sonora, que hablaba sin duda con otra detrás de una mampara próxima, y que le dejó oír involuntariamente las siguientes palabras: Me va en ello más que piensas... es preciso; preciso de todo punto... ¡oh, Dios mío!

continuó el viejo en el tono lúgubre que desde los últimos momentos involuntariamente adoptara, esto es... se me ocurrió la idea, ¿comprenden? de que tal vez les gustaría venir a mi casa y pasar allí una Nochebuena. Ahora tal vez no les gustaría... ¿Quizá no están en buena disposición? añadió con simpática solicitud, observando las caras de sus oyentes.

Iba yo muy entretenida con lo que me decía, pero escuchándolo sin responder, intimidada por sus brillantes ojos, que se posaban a veces en como un relámpago, y avergonzada por la necedad de mi silencio, cuando el señor Kisseler vino involuntariamente en ayuda de mi torpeza.

Pero apenas se alzó la voz de María, pura, tranquila, suave y poderosa, cuando pareció que la vara de un conjurador había tocado a todos los concurrentes. En todos los rostros se pintó y se fijó una expresión de admiración y de sorpresa. El príncipe lanzó involuntariamente una exclamación. Cuando acabó de cantar, una borrasca de aplausos estalló unánimemente en toda la tertulia.

Por entre las hojas de vid se filtraban los rayos del sol, y caían a veces, en movibles gotas de luz, sobre el rostro de Amparo, mientras Baltasar la contemplaba, admirando involuntariamente ciertas gracias y perfecciones de su rostro hechas para ser vistas de cerca, como la delicada red de venas que oscurecía sus párpados, las sinuosidades de su diminuta oreja, la nitidez del moreno cutis, donde la luz se perdía en medias tintas de miel; la caliente riqueza del color juvenil, la blancura de los dientes, la abundancia del cabello.