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Lo que le decir a voacé es que trata verdades, y que son verdades tan lindas y tan donosas que no pueden haber mentiras que se le igualen. ¿Y cómo se intitula el libro? -preguntó don Quijote. -La vida de Ginés de Pasamonte -respondió el mismo. ¿Y está acabado? -preguntó don Quijote. ¿Cómo puede estar acabado -respondió él-, si aún no está acabada mi vida?

Al fin: «Esta comedia, que intitula Lope de Vega Carpio El piadoso aragonés, está escrita con verdad de la historia, con gran decoro de las personas introducidas y con singular dulzura de estilo y bondad de sus versos. Puede representarse seguramente. El poder en el discreto. Autógrafo de la biblioteca del duque de Osuna. Fecha: Madrid 8 de mayo de 1623.

FRANCISCO BACON, Conde de Verulamio, gran Chancillér de Inglaterra, á los principios del siglo decimoséptimo se manifestó al público como reformador de la Filosofía. Publicó muchas Obras, entre las quales son dos las mas señaladas, es á saber: los nueve libros de la Dignidad y aumento de las Ciencias: y los dos del Nuevo órgano. Publicó tambien la Historia de la vida y de la muerte: la Selva de las Selvas, ó Historia natural en diez centurias: un tratado que intitula Sermones fideles, ó interiora rerum: un libro de Sapientia veterum: la Historia del Reynado de Henrique Séptimo, Rey de Inglaterra, y algunas otras cosas de menor consideracion. No se puede negar que en todo el conjunto de estas Obras hay algunas cosas preciosas, y otras muchas que no lo son tanto; pero juntas descubren un ingenio perspicaz, una imaginacion fecunda, un juicio regular con mucho amor á las novedades, y algun espíritu de singularidad. De Lógica no hizo tratado ninguno; solo manifestó muchas veces la poca solidéz y firmeza de la Dialéctica de las Escuelas. Del sylogismo dice[a]: que pudiendo ser util en la

Despues de haber gastado Roberto Boyle muchos años y grandes caudales en las analyses chîmicas, al fin desengañado compuso un tratado que se intitula Chymista scepticus, en el qual muestra con evidencia, que son producciones del fuego las materias que la Chímica saca por la resolucion. Este punto le traté con extension en la Física, para evitar los engaños que en este exámen se cometen.

Sábese por todo el mundo, desde ha luengos años, quién Miguel de Cervantes era, y cuál su ingenio, que a revelar y enaltecer el suyo ha bastado el libro inmortal que se intitula El Ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha, patrimonio de gloria el más rico y excelso que ha podido ni podría soñar la ambición de renombre de poetas y escritores.

Que partió de Buenos Aires á mediado de Marzo de 1748, con un estudiante para ayudar á misa, y cuatro mozos que conducian las cargas, y que llegaron al pueblo de los Pampas, que se intitula la Concepcion.

-Este que viene es El Pastor de Fílida. -No es ése pastor -dijo el cura-, sino muy discreto cortesano; guárdese como joya preciosa. -Este grande que aquí viene se intitula -dijo el barbero- Tesoro de varias poesías. -Como ellas no fueran tantas -dijo el cura-, fueran más estimadas; menester es que este libro se escarde y limpie de algunas bajezas que entre sus grandezas tiene.

Esta Advertencia que pudiera parecer escusada, respecto del Viage al Parnaso de Miguel de Cervantes, por ser mera reimpresion de un libro tan conocido, la exige la publicacion de las dos piezas igualmente poeticas, que ahora se dan á luz la primera vez. Una es tragica: y otra comica. Una se intitula La Numancia: la otra El Trato de Argel. De entrambas hace mencion, baxo estos mismos titulos en el Dialogo con el poeta Pancracio, en el Discurso del Canonigo de Toledo con el Cura Pero Perez, que se introduce en D. Quixote, y al fin de la comedia de los Baños de Argel, impresa el año de 1613. Estas dos son del número de aquellas veinte ò treinta comedias que escribió por los años de 1582. recien redimido del cautiverio de Argel, y de las quales dice que todas se representaron en los teatros de Madrid con gusto general del pueblo. Pero sin embargo de estos elogios, en ambas se observan ciertas irregularidades que las mancomunan con muchas de las que despues reprehendió tan justamente el mismo Cervantes. Porque el Trato de Argel no tanto merece el nombre de comedia, como el de una simple relacion lastimosa y tragica por lo comun, de los trabajos que padecian los cautivos cristianos en poder de los infieles, en cuya pintura entran tambien las reprobadas costumbres de unos y de otros, cuyos sucesos son tanto mas creibles en la pluma del autor, quanto que por él pasaron muchos de ellos; y asi se introduce en ella