United States or Togo ? Vote for the TOP Country of the Week !


Ese palacio tenia su correspondiente mezquita, y esta mezquita subsiste hoy casi intacta por dentro, aunque convertida en capilla cristiana por el santo rey con la advocacion de S. Bartolomé. Su fachada indica claramente el cambio de destino que en ella se verificó entonces . El interior es una cella ó cámara con bóveda ojival de nervios que arrancan de sendas repisas bizantinas.

Lejos pues de que haya ninguna repugnancia entre la simplicidad y las facultades sensitivas, hay un enlace necesario: ningun ser compuesto puede ser sensitivo. Las observaciones hechas hasta aquí, parecen agotar la cuestion; pero reflexionando mas sobre ella, echaremos de ver que está poco menos que intacta.

El mantel adamascado, más terso que fino; los platos pesados, gruesos; de blanco mate con filete de oro; las servilletas en forma de tienda de campaña dentro de las copas grandes, la fila escalonada de las destinadas a los vinos; las conchas de porcelana que ostentaban rojos pimientos, cárdena lengua de escarlata, húmedas aceitunas, pepinillos rozagantes y otros entremeses; la gravedad aristocrática de las botellas de Burdeos, que guardaban su aromático licor como un secreto; los reflejos de la luz quebrándose en el vino y en las copas vacías y en los cubiertos relucientes de plata Meneses; el centro de mesa en que se erguía un ramillete de trapo con guardia de honor de dos floreros cilíndricos con pinturas chinescas, de cuya boca salían imitaciones groseras de no se sabía qué plantas, pero que a don Pompeyo le recordaban la cabellera rubia y estoposa de alguna miss de circo ecuestre; las cajas de cigarros, unas de madera olorosa, otras de latón; los talleres cursis y embarazosos cargados con aceite y vinagre y con más especias que un barco de Oriente...; todo contribuía a deslumbrar al buen ateo, que contemplaba sonriendo y fascinado el conjunto claro, alegre, fresco, vivo, lleno de promesas, de la mesa aún pulcra, correcta, intacta.

Oía su voz grave de hombre que ha encontrado un nuevo sentido á la vida. Estoy contento, papá... estoy contento. El tiroteo, cada vez más lejano, le producía una dolorosa inquietud. Luego sintió una fe instintiva, absurda, firmísima. Veía á su hijo hermoso é inmortal como un dios. Tenía el presentimiento de que su vida saldría intacta de todos los peligros.

Así llegaron á explorar los lagos de los Andes, entre Argentina y Chile, que guardan en su intacta soledad el misterio de los primeros tiempos de la creación.

Un pensador ilustre, que comparaba al esclavo de las sociedades antiguas con una partícula no digerida por el organismo social, podría quizá tener una comparación semejante para caracterizar la situación de ese fuerte colono de procedencia germánica, que establecido en los Estados del centro y del Far-West conserva intacta en su naturaleza, en su sociabilidad, en sus costumbres, la impresión del genio alemán, que en muchas de sus condiciones características más profundas y enérgicas debe ser considerado una verdadera antítesis del genio americano.

Grande fué por lo tanto la satisfacción de hidalgos y arqueros al notar que el sendero desembocaba en ancho camino y que á poca distancia del cruce se veía una casa intacta, grande y cuadrada, una de cuyas ventanas ostentaba la enorme rama seca que anunciaba un mesón ó paradero. ¡Ya era tiempo, vive Dios! exclamó el barón regocijado.

A un lado estaba lo mejor de Matanzuela, lo que don Pablo había cuidado más de sus nuevas construcciones, la capilla espaciosa, ornada de columnas y mármoles como un gran templo. Al otro lado permanecía casi intacta la obra del antiguo Marchamalo.

La virginidad de la carne era tan importante como el amor; y cuando se perdía, aunque fuese por un azar, sin voluntad alguna, había que resignarse, doblar la cabeza, decir adiós a la dicha y seguir el camino de la vida, sola y triste, mientras el amante infeliz se alejaba por otro lado buscando una nueva urna de amor cerrada e intacta. Para María de la Luz el mal era irremediable.

Era su primera falta y deseaba que fuese la última. ¡Ay! ¡Su reputación intacta hasta entonces!... ¡El miedo á lo que podía decir la gente!... Los dos retrocedieron hasta la adolescencia; se amaron con la pasión confiada y pueril de los quince años, que nunca habían conocido. Julio había saltado de la niñez á los placeres del libertinaje, recorriendo de un golpe toda la iniciación de la vida.