United States or Aruba ? Vote for the TOP Country of the Week !


¡Á callar se ha dicho! gritó de repente Tristán de Horla, dando un tremendo puntapié al escabel que tenía delante y lanzándolo contra los troncos del hogar, que despidieron millares de chispas. Nadie insulte en mi presencia al buen rey Eduardo, ni le nombre siquiera si no ha de ser con el respeto debido.

No se levantan para ceder su asiento a una señora, porque sostienen que una señora no debe entrar en un tranvía donde no hay asiento. Pero que un hombre insulte a una mujer, que un niño pida auxilio, y veréis toda esa indiferencia desaparecer en el acto. Poco político, si queréis, pero, una vez amigos podéis contar con ellos como un inglés que os ha estrechado la mano. ¿Morales?

No: callaré, callaré, aunque usted me insulte, aunque usted aparente dudar de mi veracidad para que la indignación me haga romper el silencio. ¡Pues qué!, si yo dijera que un elevado personaje, el más poderoso que hoy existe en el mundo, se decidió al fin a transigir conmigo, después de una enemistad que data de la paz de Luneville; si yo dijera que los preliminares de negociación que entablé para evitar a España los horrores de la guerra comenzaban a dar resultado, cuando algunos hombres pérfidos, ¡ah!..., si yo dijera esto... Pero no: mi sobrina me mira como para incitarme a seguir hablando, y usted, Sr. de Malespina, me mira también... Mas no: punto en boca, y cesen las impertinentes preguntas que en vano amenazan el inexpugnable alcázar de mi discreción.

En los pies, Pinedo, en los pies ... donde tiene usted el talento. Aunque usted me insulte, quisiera que me traspasase esa gota ... ¡por tener siquiera una gota de usted! ¡Pocas gracias! Sería una gota de esencia aromática dijo un consejero de Estado harto dulzón. ¿Y usted qué sabe, hombre, si no ha metido la nariz más que en el coro de ambos sexos? El consejero se puso colorado.

La reunión se preparó á gozar de la disputa, como siempre. Vamos, tío, usté tiene gana de guasa. No, hijo, lo que tengo gana es de vino. Pues yo ya le he pagado á usté bastante esta noche. ¡Ay, qué gracia, que me ha pagado bastante!... ¡Pues yo á ti no!... Niño, tráete más vino para este gallego... ¡Tío! No me insulte, que le falto á usté al respeto.

¡Y ahora se atreven a acusar de liviandad a la condesa! ¡Defenderemos su honor! ¡No permitiremos que se la insulte! EL CONDE. Esperad, barones. ¿Quién se atreve a acusar de liviandad a mi hija? ¿Y qué gentes son ésas, con traza y gesto de bandidos? VALDEMAR. Perdonad, conde, nuestra irrupción: buscamos al duque. Nadie pone en duda vuestra nobleza caballeresca, conde.

Su insensatez incoherente no se presta á clara interpretación. Convertido en músico, su diablo lacayo va con Fausto á dar serenata á Margarita; y Fausto tiene la impiedad y la poquísima vergüenza de que su diablo lacayo insulte con indecentísimas coplas á la pobre muchacha por la falta que ha cometido en amarle y en consentir en ser suya. Ahora viene lo mejor.

Dicen que lo insulté, que le mordí en una mano. Ignoro cómo pude hacerlo. Estaba tal vez loca en aquel instante. Es verdad que este señor me llevó á empujones, sin querer oirme; que no me permitió seguir viendo á mi Alberto.... Hizo una larga pausa. Sus ojos empezaron á humedecerse.

Retírate. ¿A qué seguir toreando? Tenemos bastante para vivir, y a me duele que te insulte esa gentuza que vale menos que ... ¿Y si te ocurriese otra desgracia? ¡Jesús! Yo creo que me volvería locaGallardo quedábase preocupado luego de leer estas cartas. ¡Retirarse!... ¡Qué disparate! ¡Cosas de mujeres!

¡Esposo! ¿Por qué permites que nos insulte así este mónstruo deforme y feo?