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La pobre doña Pepa, vendido ya todo lo de su hermano y gran parte de lo suyo, sólo a costa de penosos ahorros podía enviarle cantidades insignificantes.

Y sepa que intervengo en esto por pura humanidad, porque se me ha ocurrido no morirme sin dejar tras de una buena acción, ya que en la cuenta de mi vida tengo tantas malas o insignificantes. No me gusta meterme en vidas ajenas; pero en este caso, créalo usted... se me ha puesto en la cabeza que a entrambos les conviene volver a unirse.

Vemos á cada paso hombres cuyos intereses y deberes reclaman ciertos trabajos no mas pesados que los que ellos mismos se imponen: y no obstante dejan aquellos por estos, sacrificando á su gusto el interes y el deber. Han de despachar un expediente, y le dejan intacto, á pesar de que no habian de emplear en él ni la mitad del tiempo que han gastado en correspondencias insignificantes.

Y, sin embargo, este hombre que a tales alturas intelectuales alcanzó, que sus artículos se leen ahora como si aún estuviera fresca la tinta con que fueron escritos; este hombre, cuyo escepticismo parece el resultado de larga y amarguísima experiencia; este hombre, cuyos artículos más insignificantes pueden todavía servir de inspiradores, si no de modelos, murió cuando aún estaba por llegar a la madurez, antes de alcanzar los treinta años.

Entonces me tocó llevar la voz cantante, y la dije al oído mil requiebros y ternezas, explicándola por menudo el amor que me había inspirado y lo que había sufrido en los días en que no pasé por su calle: recordele todos los pormenores, hasta los más insignificantes, de nuestro conocimiento visual y epistolar, y le di cuenta de los vestidos que le había visto y de los adornos, a fin de que comprendiese la profunda impresión que me había causado.

Le gustaba imitar los gestos y las palabras de las personas que veía en casa de ella, y lo ejecutaba tan a la perfección que la dama reía con verdadera gana. A veces le suplicaba por favor que cesase, pues le hacía daño tanta risa. Raimundo poseía este don de observar los más insignificantes modales de las personas y reproducirlos después admirablemente.

En muchos parajes, el agua caliente que corre á unirse con el arroyo, se extiende primero en un gran lago que ella misma ha formado molécula tras molécula; al lado se encuentran otras lagunas secas, y á uno y otro lado las fisuras abiertas en la piedra están bordadas por hermosas concreciones parecidas á los adornos de mármol que vemos ornamentando las fachadas de nuestros edificios. ¡Pero cuán insignificantes son esos depósitos silíceos ó calcáreos comparados con las enormes construcciones erigidas en diversos países del mundo por esos ríos termales, como por ejemplo los de Holly-Springs, en los Estados Unidos!

Los más insignificantes pormenores de tan hermoso sueño teníalos presentes cual si acabaran de efectuarse. Podría decir cuántas veces había llovido en aquellos quince días, qué había comido y bebido, de qué color eran los pantalones que gastaba.

En vista de que los asuntos vulgares de conversación llevaban trazas de sucederse hasta lo infinito, el Magistral, que no quería marcharse sin hacer algo, puso término a las palabras insignificantes con una pausa larga y una mirada profunda y triste a la bóveda estrellada. Estaba sentado a la entrada del cenador. Ya había comenzado la noche, pero no hacía frío allí, o por lo menos no lo sentían.

Ahora es cuando había llegado aquel amor, tras del cual tanto tiempo había corrido, que tantas lágrimas le había costado. Sus pláticas, aunque fuesen de asuntos indiferentes, tenían un sabor delicado, exquisito. Hablaban horas y horas, sin cansarse, de las cosas más insignificantes, por el placer de verse tan cerca, de escucharse.