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Este medicamento está indicado en ciertas cefalalgias con sensacion de frio en la cabeza, en la hemorragia asténica de las encías, en ciertas aftas indolentes, en convulsiones sin fijeza, limitadas á algunos músculos, con agilidad y movimientos fáciles, en ciertas erupciones pruritosas ó miliares, en el prurito de los dedos de los piés y en los sabañones de los niños delicados y de personas nerviosas.

Ya que eres un hombrecito que no conoce el miedo respondió Van-Stael . Un día seréis dos valientes y hábiles marinos. Ahora, sobrinos, prosigamos nuestra faena. Es preciso atender cuidadosamente a la preparación del trépang, o estos indolentes chinos nos lo echarían a perder. La chalupa de los pescadores volvía otra vez a la orilla, cargada de moluscos.

Los síntomas estacionarios se manifiestan al mismo tiempo, y entre otros, el sudor, las orinas abundantes, cargadas de una nubécula; hay tambien afeccion de las articulaciones y de los tejidos blancos con hinchazones subagudas. Los dolores reumáticos apiréticos no son propios de antimonio, á no ser que haya hinchazones articulares indolentes; el reumatismo muscular no le pertenece.

La dama contesta con la más graciosa de sus sonrisas y un movimiento encantador de cabeza y murmura á la amiga que asiente, entre dos indolentes abanicazos: ¡Qué pretencioso! Chica, está loco enamorado. Entre tanto los golpes menudean: ¡bum-bum-bum! ¡toc-toc-toc! ya no quedan más que dos palcos vacíos y el de S. E. que se distingue por sus cortinas rojas de terciopelo.

La preocupación por conseguir un fin nos intranquiliza a todos los hombres, aun a los más desaprensivos, aun a los más indolentes, y yo, por mi parte, hubiera deseado vivir todavia más en cada hora, en cada minuto, sin la nostalgia del pasado ni la ansiedad por el porvenir.

El indio hace lo que ve hacer, y se deja llevar en momentos dados, desde sus indolentes sueños á las altas regiones donde centellea la luz de los héroes. Un capitán español al frente de cien indios, puede recordar las grandes epopeyas de las guerras épicas. El español se bate por el ardimiento de su sangre, por el sacrosanto amor patrio, por su espíritu de raza.

El moral está en armonía con el estado orgánico: estas personas huyen de la conversacion, son indolentes, inconstantes, y descontentos del presente, se arrojan al porvenir por el poetismo y el gusto á las profecías; tienen un sueño ligero, interrumpido con frecuencia, y desde este estado enfermizo llegan basta la manía, á accesos de furor, de opresion y palpitaciones, á accesos epileptiformes, á neuropatías, á cierto embrutecimiento.

Se preguntaban cómo se las iba a componer un hombre solo con una criatura de dos años en los brazos y estaban igualmente dispuestas a sugerirle a Marner buenos consejos. Las buenas madres le hablaban, sobre todo, de lo que sería preferible que hiciera y las madres indolentes le decían con insistencia lo que no conseguiría nunca hacer.

El mismo Taylor, que pretende, que desea, que aspira de buena fe á hacer nuestra apología, ya desde el segundo renglón de su libro nos califica de indolentes y de crueles. La acusación de fanatismo y de superstición que el Sr. Taylor lanza á menudo contra nosotros casi no nos ofende, y, de puro poco razonable y fundada, nos parece chistosa.

Respuestas cortas e indolentes «hija, qué quieres»; y «estuvo magnífico», «gente, como nunca»; «pues ya se ve que estaba la sueca»; «raso crema y granadina heliotropo combinados»; «como siempre, dedicadísimo a ella»; «, , calor»; «vaya, me alegro que lo pases bien, hija»; contestaban a las afanosas preguntas de Pilar.